FORMACIÓN INICIAL PARA POLICÍA DE PROXIMIDAD – PRP 2024
TÉCNICAS DE DEFENSA POLICIAL
1. Policía de proximidad y uso de la fuerza
1.1. Orden público y seguridad ciudadana
Orden público
Es el conjunto de normas, valores, principios y condiciones establecidos por la autoridad para garantizar la convivencia armónica, el respeto a los derechos fundamentales y el cumplimiento de las leyes en una sociedad. Su propósito principal es mantener la paz social y evitar conflictos o situaciones que alteren el normal desarrollo de las actividades colectivas.
Características clave:
- La estabilidad social: Mantener la armonía en las relaciones entre individuos y grupos.
- El respeto al marco jurídico: Cumplimiento de las leyes, reglamentos y disposiciones que regulan la conducta ciudadana.
- La protección de derechos colectivos: Asegurar la tranquilidad, el orden y los valores compartidos dentro de una comunidad.
- Prevención de disturbios: Controlar y evitar situaciones que puedan generar caos o desorden social.
El mantenimiento del orden público es responsabilidad de las autoridades civiles, como la policía y los organismos administrativos, dentro de un marco legal.
Seguridad pública
La seguridad pública es el conjunto de acciones, políticas y servicios que tiene como objetivo proteger a las personas, los bienes y la paz social frente a amenazas que puedan poner en riesgo su integridad, como el crimen, la violencia, desastres naturales o cualquier situación que comprometa su bienestar.
Implica:
- Prevención y reacción ante delitos: Implementar medidas para evitar actos delictivos y responder efectivamente cuando ocurren.
- Protección civil: Atención de emergencias y desastres, garantizando la seguridad de los ciudadanos en situaciones críticas.
- Garantía de paz social: Preservar un ambiente seguro para el desarrollo de actividades diarias.
Es responsabilidad de las instituciones del Estado, como cuerpos policiales, fuerzas armadas, y otros organismos de seguridad, en coordinación con la sociedad civil.
Diferencia clave
Mientras que el orden público se enfoca en garantizar la convivencia pacífica y el cumplimiento de normas sociales, la seguridad pública se orienta a la prevención y protección contra amenazas que puedan dañar a las personas o bienes. Ambos conceptos están interrelacionados y son esenciales para una sociedad funcional.
Seguridad ciudadana
La seguridad ciudadana se refiere al conjunto de políticas, estrategias y acciones destinadas a proteger a las personas, sus bienes y su entorno, frente a riesgos y amenazas como la delincuencia, la violencia y otras situaciones que afecten su integridad física, psicológica o patrimonial.
Aspectos clave:
- Prevención del delito: Implementar medidas para evitar actos que puedan poner en peligro a los ciudadanos.
- Protección de derechos: Salvaguardar la vida, la libertad y la propiedad de las personas.
- Participación ciudadana: Promover la colaboración entre las instituciones del Estado y la comunidad para construir un entorno seguro.
Es un concepto amplio que involucra no solo a las fuerzas de seguridad, sino también a la ciudadanía, instituciones públicas y privadas, en un esfuerzo conjunto por mantener un ambiente de confianza y tranquilidad.
Diferencia clave
Mientras que el orden público se centra en el mantenimiento de la paz social y el respeto a las normas para evitar alteraciones colectivas, la seguridad ciudadana se enfoca en la protección directa de los individuos y sus bienes frente a amenazas específicas, como delitos o situaciones de riesgo. Ambos son pilares fundamentales para garantizar el bienestar y la estabilidad en una sociedad.
1.2. Circunstancias en las que la y el Policía podrá utilizar el uso de la fuerza
Con base en la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza, en su artículo 7 se señalan las amenazas que se consideran letales inminentes, mismas que frente a ellas, las y los policías podrán hacer uso de la fuerza, a continuación, se enlistan dichas amenazas:
I. La acción de apuntar con el cañón de un arma de fuego o una réplica de la misma en dirección a una persona;
II. La acción de no soltar un arma de fuego o una réplica de la misma después de advertencia clara;
III. La acción de poner en riesgo la integridad física de una persona con un arma punzocortante;
IV. El accionar el disparador de un arma de fuego;
V. La acción de portar o manipular un explosivo real o una réplica del mismo, o
VI. Las acciones tendientes a perturbar objetos o sistemas que puedan tener efectos letales o incapacitantes en una o más personas.
En el mismo sentido, la misma Ley, en su artículo 10, enlista las conductas que ameritan el uso de la fuerza, las cuales son las siguientes:
I. Resistencia pasiva: conducta de acción u omisión que realiza una o varias personas, exenta de violencia, para negarse a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han identificado como autoridad. Contra la resistencia pasiva podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las fracciones I y II del artículo anterior;
II. Resistencia activa: conducta de acción u omisión que realiza una o varias personas, empleando la violencia, el amago o la amenaza, para negarse a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han identificado como autoridad. Contra la resistencia activa podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las fracciones I, II, III y IV del artículo anterior, y
III. Resistencia de alta peligrosidad: conducta de acción u omisión que realiza una o varias personas, empleando la violencia, el amago o la amenaza con armas o sin ellas para causar a otra u otras o a miembros de las instituciones de seguridad, lesiones graves o la muerte, negándose a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han identificado como autoridad. Contra la resistencia de alta peligrosidad podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las fracciones I, II, III, IV y V del artículo anterior.
Además, en su artículo 12, se mencionan las condiciones que la resistencia o agresión deben de presentar para que el uso de la fuerza sea justificado, las cuales son:
I. Real: si la agresión se materializa en hechos apreciables por los sentidos, sin ser hipotética ni imaginaria;
II. Actual: si la agresión se presenta en el momento del hecho, no con anterioridad o posterioridad, e
III. Inminente: si la agresión está próxima a ocurrir y, de no realizarse una acción, esta se consumaría.
1.3. Niveles del uso de la fuerza
El artículo 11 de la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza, señala los niveles, según el orden en que deben agotarse, los cuales son:
I. Presencia de autoridad: es la primera forma de contacto que tienen los agentes con la ciudadanía en general. Se manifiesta a través de:
a. El uso adecuado del uniforme;
b. El uso adecuado de equipo, acorde a las circunstancias, y
c. Una actitud diligente.
II. Persuasión o disuasión verbal: a través del uso de palabras o gesticulaciones que sean catalogadas como órdenes y que permitan a la persona facilitar a los agentes a cumplir con sus funciones;
III. Reducción física de movimientos: mediante acciones cuerpo a cuerpo a efecto de que se controle a la persona que se ha resistido y ha obstaculizado que los agentes cumplan con sus funciones;
IV. Utilización de armas incapacitantes menos letales: a fin de someter la resistencia activa de una persona, y
V. Utilización de armas de fuego o de fuerza letal: para repeler las resistencias de alta peligrosidad.
1.4. Principales consecuencias del uso excesivo de la fuerza
El uso excesivo de la fuerza por parte de policías en México tiene graves consecuencias que afectan diversos ámbitos:
Impacto en los derechos humanos
- Violación de derechos fundamentales: Las víctimas sufren agresiones físicas, psicológicas y, en casos extremos, pérdida de la vida. Esto viola derechos como el derecho a la vida, la integridad personal y la seguridad.
- Desconfianza en el sistema de justicia: Las denuncias de abuso generan una percepción negativa hacia las instituciones encargadas de proteger a la población.
Consecuencias sociales
- Deterioro de la confianza ciudadana: La sociedad tiende a desconfiar de las fuerzas del orden, lo que dificulta la cooperación entre ciudadanía y policía.
- Protestas y movimientos sociales: Los casos de abuso de fuerza suelen desencadenar manifestaciones masivas, que en ocasiones derivan en enfrentamientos violentos.
Efectos psicológicos en las víctimas
- Traumas psicológicos: Las personas que sobreviven a estos eventos pueden sufrir trastornos como ansiedad, depresión y estrés postraumático.
- Estigmatización y exclusión social: Las víctimas y sus familias pueden enfrentar discriminación o ser vistas como responsables de lo sucedido.
Consecuencias legales y políticas
- Demandas legales: Los casos de abuso de fuerza frecuentemente llegan a los tribunales, lo que puede generar costos legales significativos para el Estado.
- Reformas pendientes: Este tipo de incidentes alimenta el debate público sobre la necesidad de reformas en las instituciones policiales y la capacitación en derechos humanos.
Escalada de violencia
- Crisis de legitimidad policial: La percepción de abuso puede derivar en un aumento de la violencia hacia los agentes del orden.
- Normalización de la violencia: Si no se castiga el abuso, se crea una cultura de impunidad que refuerza prácticas violentas dentro de las instituciones de seguridad.
Impacto internacional
- Críticas y sanciones: Organismos internacionales como la ONU y la CIDH han condenado el uso excesivo de la fuerza en México, afectando la reputación del país a nivel global.
- Menor cooperación internacional: Las denuncias pueden dificultar el acceso a recursos y colaboración en temas de seguridad.
El manejo adecuado de estos problemas requiere capacitación policial, supervisión efectiva, sanciones claras y un compromiso serio con los derechos humanos.
2. Principios de la Defensa Policial
2.1. Legítima defensa
La Legítima defensa es la causa o justificación por la que una persona puede justificar su conducta, liberarse de responsabilidad o reducir su pena, como autor, frente a un hecho o una conducta, que esta generalmente prohibida por la ley. Esto, debido a que fue necesario defenderse de una acción que emplearon en su contra. En un sentido más práctico se dice que se actuó en defensa propia.
Las condiciones que deben de haber para que una defensa propia sea legítima son:
- Que la agresión sea directa y sin motivo aparente.
- Que haya una racionalidad entre el medio empleado para impedirla o repelerla y el acto delictivo.
- Que aquel que se defiende no haya provocado previamente al agresor.
Este tipo de defensa propia queda excluida como delito siempre y cuando sea repelida una agresión real, actual o inminente y sin derecho, en defensa de bienes jurídicos propios o ajenos. Además, debe existir una necesidad de la defensa empleada y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de su defensor.
La ley presume que existe legítima defensa, salvo prueba en contrario, cuando se cause daño a quien por cualquier medio trate de penetrar o penetre, sin derecho, al lugar en que habite de forma temporal o permanente del que se defiende, al de su familia o al de cualquier persona respecto de las que el agente tenga la obligación de defender, a sus dependencias o al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la misma obligación. Igual presunción existe cuando el daño se causa a un intruso al momento de sorprenderlo en alguno de los lugares antes citados en circunstancias tales que revelen la posibilidad de una agresión.
A la víctima que ante la agresión de un tercero actúa en defensa propia, está justificada por la ley. Sin embargo, no todo le está permitido hacer, existen límites para neutralizar el ataque, que deben tener una coherencia con el nivel de la agresión. De lo contrario, la víctima se convierte en victimario haciendo un uso excesivo de la legítima defensa, misma que la ley podrá sancionar imponiendo la pena de un delito culposo.
2.2. Repeler una agresión
“Agresión es el comportamiento que amenaza un bien jurídico”
Por agresión entendemos la conducta deliberada de otro, tendente a ocasionar un daño a un interés licito, la agresión es ante todo una conducta que tiene la particularidad subjetiva de estar orientada a producirnos un daño, y la característica objetiva de crear peligro inminente a un interés lícito; consta, pues, como toda acción, de elementos subjetivos. Subjetivamente está encaminada a dañar, esa es su finalidad; objetivamente crea el riesgo o peligro al bien. La agresión no requiere ser necesariamente violenta, y que constituye agresión o ataque cualquier acto contrario a derecho que lesione o ponga en peligro inmediato un bien jurídicamente protegido.
Agresión y ofensa
La agresión y la ofensa o provocación, son conceptos con elementos comunes pero que difieren en su esencia y naturaleza. La agresión es una conducta voluntaria, que lesiona o pone en peligro un bien jurídico, en el cual lo fundamental es la existencia de un riesgo o peligro de daño o mayor daño o de continuación de daño. La provocación u ofensa es un acto que por su significado individual o social genera agravio a la persona, pero que en todo caso es un hecho consumado. La defensa es el escudo que se opone a la injusta agresión.
En el aspecto de los objetos de la agresión tenemos que “así como la agresión puede atacar cualquier bien lícito, la defensa puede ejercer respecto de todo interés jurídicamente protegido, sea material o inmaterial, con tal que la defensa sea proporcionada a la magnitud de la agresión. Pero ha de tratarse de intereses lícitos, esto es, jurídicamente tutelados y no solo penalmente protegidos; no es aceptable la defensa legítima de intereses ilícitos o prohibidos por el orden jurídico de una nación.
Requisitos para la legítima defensa:
- Bien jurídico particular: Tales bienes jurídicos habrán de pertenecer a un particular, de manera que no cabe la legítima defensa de bienes colectivos, comunitarios o supra personales, debido al peligro que supone facultar al particular para actuar en defensa de aquellos bienes. Parte de la doctrina afirma que, para distinguir los bienes jurídicos particulares, no habrá que prestar atención exclusivamente a la titularidad de tales bienes, sino que dentro de los bienes que pertenezcan al Estado, podrá distinguirse aquellos en los que actúa como un particular, de manera que en esos casos sí que cabe la legítima defensa.
- Carácter de acción activa u omisiva: Es necesario que la agresión sea una acción, y no un supuesto de “falta de acción” (agresión procedente de movimientos inconscientes o involuntarios, como ataques epilépticos, sonambulismo y demás). Por otro lado, cabe la acción propiamente dicha, así como la comisión por omisión. No obstante, no es posible que la agresión proceda de una omisión pura. Por supuesto, por acción nos referimos a la conducta perteneciente exclusivamente a las personas físicas, y en ningún caso, a los animales o personas jurídicas.
- Carácter doloso de la acción: La acción habrá de ser dolosa, es decir, tendrá que existir una voluntad y conocimiento de lesión de bienes jurídicos. Ello implica que no cabe hablar de agresión en caso de imprudencia, con lo que no puede considerarse legítima defensa la reacción contra una acción involuntaria.
- Peligro real o agresión adecuada para producir daños: La acción tendrá que suponer un peligro verdadero para el bien jurídico. No cabe hablar de legítima defensa cuando tratemos la agresión procedente de tentativa inidónea, así como los supuestos de tentativa idónea, pero cuyo ataque resulte inofensivo por estar el bien jurídico totalmente protegido y fuera de peligro.
- Carácter típico de la acción: La doctrina afirma que sólo constituyen agresiones ilegítimas aquellas acciones tipificadas, es decir, exclusivamente aquellas conductas recogidas en la legislación penal. No cabe por lo tanto cualquier acción que dañe bienes jurídicos personales, sino que éstos tendrán que haber sido protegidos penalmente con anterioridad a que se produjera la agresión.
- Carácter antijurídico de la acción: La acción no sólo habrá de ser típica, sino que, para considerarse agresión ilegítima, aquella habrá de suponer una amenaza al bien jurídico protegido proveniente de una conducta no amparada por el Derecho. Dicho de otra manera, se trata una conducta que transgrede las normas jurídicas penales.
- Carácter actual de la acción: Consecuencia directa del concepto de “puesta en peligro” del bien jurídico que supone la agresión ilegítima, se habla de la necesidad de que tal agresión ilegítima sea actual, que esté causando peligro provocando la necesidad de impedir o repeler tal agresión. Se considera agresión actual cuando la actuación defensiva resulta inaplazable para salvar el bien jurídico. No obstante, no es necesario que el ataque sea inminente salvo en los casos en los que exista tal exigencia legal, normalmente vinculados a la agresión de bienes patrimoniales.
- Necesidad de la defensa: Según este requisito, la agresión ilegítima que se dirige a un bien jurídico ha de suponer que sea necesaria la intervención que impida o repela el ataque. Así pues, la defensa es una conducta típica o atípica, activa u omisiva cuyo fin es defender un bien jurídico de una agresión típica y antijurídica.
- Idoneidad: La defensa habrá de ser adecuada para repeler o impedir la agresión. Por ello, no cabe considerar defensa a aquella conducta inidónea para evitar el ataque contra un bien jurídico. (No cabe agresión sexual como defensa, al igual que tampoco se considerará defensivo el homicidio con ensañamiento). Cabe añadir que existe no idoneidad cualitativa (la acción empleada es inidónea) e no idoneidad cuantitativa (la intensidad de la acción es inidónea).
- Bien jurídico del agresor como objeto de la defensa: Bien jurídico del agresor como objeto de la defensa. La defensa deberá dañar bienes jurídicos del autor de la agresión ilegítima. De esta manera, los daños recaerán única y exclusivamente sobre bienes jurídicos del agresor, y jamás sobre bienes jurídicos de terceros, o bienes jurídicos colectivos y supra personales.
- Particular como sujeto activo necesario en la defensa: La defensa habrá de ser ejercida necesariamente por un particular, de manera que se excluye de la figura aquello que no esté dentro de este ámbito. Hay que señalar que individuos en el ejercicio de un cargo, en cumplimiento del deber o en cumplimiento de la obediencia debida, tienen unas restricciones mayores para la legítima defensa, estando sometidos criterios tales como oportunidad o proporcionalidad.
- No subsidiariedad: Como nota final, en la necesidad de defensa, cabe destacar el principio de no subsidiariedad. Por ello, no puede ser motivo de exclusión de la “necesidad de defensa” el que el sujeto tenga otras alternativas para defender el bien jurídico aparte de la autodefensa. Así, pese a que exista la posibilidad de huida, de acudir a las autoridades o de pedir auxilio a terceros, la necesidad de defensa seguirá presente.
Requisitos no esenciales:
Una vez se cumplan los requisitos esenciales, habrá que determinar si también se cumplen los requisitos in-esenciales. En caso de que no se cumplan, se produce la eximente incompleta. Si se cumplen tanto los requisitos esenciales como los in-esenciales se procederán a aplicar la eximente completa.
- Racionalidad del medio empleado: Este requisito implica que el medio que se ha utilizado en la defensa era proporcional al peligro creado por la agresión ilegítima. No significa que el bien que se dañe haya de ser proporcional al bien que se proteja, pues tal requisito sólo será necesario en el estado de necesidad. En cambio, en la legítima defensa, no debe existir proporcionalidad de bienes, pero sí, proporcionalidad de medios. De esta manera, el medio utilizado para evitar o repeler la agresión ha de ser proporcional con respecto al medio utilizado para tal agresión. Además, debe de ser un medio proporcionado “ex ante”, es decir, un medio previsiblemente eficaz de antemano para detener la agresión.
– Caso del sujeto A, que procede a golpear el coche del sujeto B, y éste último saca un arma de fuego y le mata. Se trataría de un medio no proporcional, con lo que habría eximente incompleta.
– Caso del sujeto C, que intenta atracar la farmacia del sujeto D con un arma de fuego, y el sujeto D, poseedor también de una pistola, mata al atracador C. Entonces, descubre que el arma que portaba el atracador era una imitación de plástico. Se trataría de un medio adecuado, debido a que la valoración “ex ante” indicaba que la pistola era de verdad, aunque “ex post” haya resultado falsa.
- Falta de provocación suficiente: Pese a la falta de acuerdo doctrinal y jurisprudencial sobre los puntos concretos de este requisito no esencial, cabe destacar que el sujeto que actúa en legítima defensa, lo hace enarbolando una defensa del Derecho (bien jurídico) que está permitida por el propio Derecho. No cabe pues otro fin que no sea el proteger la legalidad establecida, y en todo caso, no cabe que el sujeto provoque deliberadamente al agresor, con el fin de que agreda y le permita actuar, refugiándose después en la legítima defensa. Por ello, se construye un complejo concepto de “provocación” y de “suficiencia” según los cuales, la provocación suficiente supondría que por medios legítimos o ilegítimos se compele al agresor a realizar la agresión de manera que su conducta pierde gran parte de la antijuridicidad que tendría en caso de no existir provocación suficiente.
La mayor dificultad está en establecer el límite que diga dónde hay suficiencia de la provocación, y dónde insuficiencia. Por otro lado, en caso de riña o pelea mutuamente consentida, en la que los dos contendientes asumen resolver el asunto de una manera interna, sin recurrir al Derecho, cabe decir que no cabe la legítima defensa. Y no cabe precisamente porque los actores han renunciado a resolver acorde a Derecho, no quedando igual de protegidos que si su motivación hubiera sido la protección de un bien jurídico, o la intimidación de un agresor que ponga tal bien en peligro.
El ejemplo clásico será el duelo, donde dos personas acuerdan resolver sus diferencias utilizando la violencia, y en este caso concreto, utilizan armas de fuego. Uno mata al otro, pero no podrá beneficiarse de la eximente completa de legítima defensa, sino que habrá de recibir la eximente incompleta, reduciéndose en uno o dos grados su pena.
2.3. Uso legítimo de la fuerza
Da igual a que cuerpo pertenezca, Seguridad privada, Policía, guardia civil, militar, funcionario de prisiones etc.… siempre en algún momento de tu carrera profesional, vas a tener que hacer uso de la fuerza.
Nosotros como profesionales de la seguridad debemos tener muy claro cómo, cuándo y de qué forma debemos de emplearla.
Tanto Naciones Unidas, Legislaciones Nacionales y diversos Protocolos señalan cómo se debe emplear la fuerza por el funcionario encargado de hacer cumplir la ley, que de manera general enuncian lo siguiente:
- Inicialmente se ha de recurrir a medios no violentos (Judo Verbal).
- La fuerza se usará solo en los casos estrictamente necesarios, siempre bajo fines lícitos marcados por la ley y de forma proporcional. (Uso de la Defensa personal Policial).
- Se dispondrá de una gama amplia de medios para que se pueda hacer un uso diferenciado de la fuerza (Armas no Letales).
- Se debe recibir adiestramiento continuado tanto en defensa personal policial, manejo o uso de armas no letales como de armas letales, entre otros…
Como todos sabemos, casi siempre fallan los puntos 3 y 4, es decir, No se dispone de una gama amplia de Armas no Letales, que hay muchas y muy apropiadas para usarlas en intervenciones donde por carecer de ellas se ha pasado de hacer uso de medios no violentos (Judo verbal), o de una técnica de DPP, al uso de una arma letal teniendo como resultado un desenlace fatal, tanto para la víctima como para el policía que se ha visto obligado al uso de la misma.
Como condición previa debemos valorar con quien nos enfrentamos y en qué situación o tipo de intervención policial nos encontramos. En la mayoría de las situaciones culminaremos nuestra intervención, cuando sea necesario usar la fuerza, con técnicas de Defensa Personal Policial (DPP).
Por ello debemos tener muy claro los principios fundamentales de la DPP a la hora de intervenir.
Los principios fundamentales de la defensa personal policial son:
- Valoración de la situación Policial (Normal, Alerta y Peligro).
- Evaluación del resultado de la Intervención.
- Conocimientos en Usos y Medios Propios.
- Conocimientos en Usos y Medios del Sujeto.
- Conocimiento de la Técnica adecuada a la situación que nos enfrentamos.
- Culminación de la intervención mediante técnicas de Intervención Policial.
- Presencia física (comunicación verbal y no verbal).
- Sujeción o control físico firme.
- Control físico aplicando dolor.
- Químicos.
- Pistolas eléctricas.
- Golpeo.
- Armas contundentes.
- Balas de goma.
- Unidades caninas.
- Estrangulaciones vasculares.
- Uso de la fuerza letal (con o sin armas de fuego).
Niveles para el Uso de la Fuerza
El Uso de la Fuerza comprende diferentes medios y mecanismos de control disponibles para las y los Integrantes frente a aquellas situaciones que vulneren o puedan vulnerar los derechos y libertades de las personas o la seguridad pública, que les permitan establecer la diferencia en el Uso de la Fuerza en la planeación y toma de decisiones ante acciones específicas para enfrentar las agresiones recibidas o las resistencias encontradas.
Artículo 11 de la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza. Los niveles del uso de la fuerza, según el orden en que deben agotarse, son:
I. Presencia policial: Es la primera forma de contacto que tienen o los agentes con la ciudadanía en general. Se manifiesta a través de:
a. El uso adecuado del uniforme;
b. El uso adecuado de equipo, acorde a las circunstancias, y
c. Actitud diligente.
II. Persuasión o disuasión verbal: A través del uso de palabras o gesticulaciones que sean catalogadas como órdenes y que permitan a la persona facilitar a los agentes a cumplir con sus funciones;
III. Reducción física de movimientos: Mediante acciones cuerpo a cuerpo a efecto de que se controle a la persona que se ha resistido y ha obstaculizado que los agentes cumplan con sus funciones;
IV. Utilización de armas incapacitantes menos letales: A fin de someter la resistencia activa de una persona, y
V. Utilización de armas de fuego o de fuerza letal: para repelar las resistencias de alta peligrosidad.
El uso de la fuerza letal será el último recurso en cualquier operativo. En su caso, los agentes deberán comprobar que la agresión era real, actual o inminente, sin derecho, que ponga o podría poner en peligro la vida o integridad física de personas ajenas o de uno de ellos y que el uso de la fuerza en los niveles referidos en las fracciones I a la IV, eran insuficientes para repeler, contrarrestar o neutralizar los actos de resistencia.
El Uso de la Fuerza sólo se justifica cuando la resistencia o agresión es:
I. Real: Si la agresión se materializa en hechos apreciables por los sentidos, sin ser hipotética ni imaginaria;
II. Actual: Si la agresión se presenta en el momento del hecho, no con anterioridad o posterioridad, y
III. Inminente: Si la agresión está próxima a ocurrir y, de no realizarse una acción, ésta se consumaría.
Las y los Integrantes deben aplicar un trato diferenciado a las personas, cuando ello tenga por objeto proteger y garantizar el ejercicio de un derecho, dando especial atención a niñas, niños y adolescentes u otros grupos o personas en situación de vulnerabilidad.
Conocimientos previos a la aplicación de técnicas de defensa personal
Tener una buena preparación física. Es esa parte del Entrenamiento en la cual se trata de poner en forma física al deportista, aprovechando sus aptitudes naturales y desarrollando sus cualidades físicas por medio de ejercicios sistemáticos y graduales que posibiliten la adaptación del cuerpo a un trabajo específico y obtener el máximo rendimiento deportivo posible.
En la actualidad, no existe ningún deporte que no necesite de la Preparación Física como instrumento fundamental para obtener el máximo rendimiento. Algunos deportes requieren mayor trabajo físico que otros, como, por ejemplo, a nadie se le ocurriría pensar que un jugador de fútbol, de rugby o de básquetbol de primer nivel, no necesita un Programa trabajo de Preparación Física. Pero en otros deportes, donde el trabajo corporal no es tan intenso, creemos erróneamente que podemos prescindir de un proceso de Preparación del cuerpo.
Esta concepción es lógicamente equivocada, dado que, hasta los deportes menos activos físicamente, tienen su programa de Preparación Física, aunque éste sea más simple y menos intenso.
Conocimiento de técnicas
En defensa personal, se utilizan técnicas sencillas, tratan de evitarse los movimientos complejos. Se utilizan golpes, patadas, bloqueos, retenciones y palancas de modo de reducir al adversario lo más rápido posible y acortando los tiempos de combate para evitar riesgos y reducir las diferencias físicas.
Los requisitos que deben cumplir las técnicas de Defensa Personal Policial, estarán de acorde a los requisitos establecidos en materia de Seguridad; desde este punto de vista se aplicarán técnicas de detención al paso por delante y por detrás, inmovilizaciones, registros, colocación de grilletes o bridas de seguridad, según las circunstancias, para conducirle posteriormente a las dependencias policiales.
En ningún momento se justificarán técnicas de luxación de cuello, fractura de cervicales, o técnicas que puedan lesionar permanentemente a las personas, o que puedan matarlas; ya que las funciones y cometidos de los agentes del orden es bien distinta.
Las técnicas más utilizadas en el Sistema de Defensa Policial, son las inmovilizaciones, las llaves de control con dolor, luxaciones, golpes de pies y manos, así como las estrangulaciones sanguíneas, que son las únicas permitidas en la Defensa Personal Policial, las respiratorias Las estrangulaciones Respiratorias, no son de uso policial, se realizan cuando se presiona la tráquea, sobre la nuez, puede producir la muerte. Las estrangulaciones Sanguíneas estrangulación por las solapas, son las únicas de uso Policial, se emplean ante atacantes muy corpulentos, vigorosos, o para aquellas personas que están insensibilizadas por la droga, el alcohol, o por una crisis nerviosa. Estas técnicas de estrangulamiento, no deben de durar más de 10 segundos, provocando una lipotimia, para evitar riesgos mayores de carácter irreversible.
Un programa de Defensa Personal Policial, es totalmente diferente de cualquier otro programa de Defensa Personal, ya que sus fines de aplicación y objetivos son bien distintos, aunque pueda existir coincidencia, en cuanto al programa técnico, como pueden ser algunas proyecciones, llaves de control, luxaciones, estrangulaciones y algunos golpes de puño o pierna; También hay que tener en cuenta, en cuanto a su aplicación, respetar los derechos individuales de la persona.
3. Factores de atención en la defensa policial
3.1. Reglas generales de seguridad
Las reglas generales de seguridad en la defensa policial son esenciales para garantizar la integridad de los agentes, los ciudadanos y el respeto a los derechos humanos. Estas reglas se basan en principios éticos, legales y operativos que guían la actuación policial en situaciones de riesgo. A continuación, se describen los lineamientos clave:
Legalidad y Proporcionalidad
- Cumplir con la ley: Toda acción debe estar respaldada por la normativa vigente y respetar los derechos fundamentales.
- Uso proporcional de la fuerza: La respuesta debe ser adecuada al nivel de la amenaza, evitando el uso excesivo o innecesario de la fuerza.
Protección de la vida
- Priorizar la vida humana: Tanto la del agente como la de terceros, incluyendo la del agresor.
- Evitar daños colaterales: Evaluar el entorno para prevenir lesiones a personas ajenas a la situación.
Evaluación y Planeación
- Análisis de riesgos: Identificar la naturaleza del peligro y actuar con precaución.
- Conocimiento del entorno: Reconocer las características del lugar y posibles puntos de cobertura o escape.
Comunicación y Control
- Comunicación clara: Establecer contacto con otros agentes y coordinar acciones.
- Mandos claros: Emitir instrucciones comprensibles al sospechoso para reducir la posibilidad de confrontación.
Uso de Equipos y Técnicas
- Conocimiento del equipo: Dominar el uso de armas, esposas, bastones y otros implementos policiales.
- Capacitación continua: Entrenarse en técnicas de defensa personal, control de masas y manejo de conflictos.
Prevención y Actitud
- Mantener una actitud vigilante: Estar alerta y preparado para reaccionar ante cambios repentinos.
- Postura defensiva: Reducir vulnerabilidades al posicionarse estratégicamente.
Uso de la Fuerza Letal
- Último recurso: La fuerza letal solo debe utilizarse cuando sea estrictamente necesario para proteger vidas.
- Informe detallado: Toda acción que implique fuerza letal debe documentarse y justificarse.
Respeto y Profesionalismo
- Trato digno: Respetar la dignidad de todas las personas, incluso de aquellas bajo custodia o sospecha.
- Evitar prejuicios: Actuar con imparcialidad, sin discriminar por raza, género, religión u otros factores.
Estas reglas no solo buscan minimizar riesgos, sino también preservar la confianza del público en las instituciones de seguridad. La formación ética y técnica es clave para su implementación efectiva.
3.2. Probable infractor o probable responsable
Es la persona a la que se le atribuye la comisión de una infracción.
Las personas probables infractoras tienen derecho a:
- Ser informadas de sus derechos.
- Ser informadas en todo momento de los hechos que se les atribuyen.
- Ser consideradas inocentes hasta que se resuelve su responsabilidad sobre los hechos que se les atribuyen.
- Recibir un trato digno.
- Contar con una persona defensora (pública o privada).
- Comunicarse con la persona que decidan para informar el lugar y la situación en la que se encuentran.
- Ser escuchadas en audiencia pública por la persona juzgadora.
- Recibir asistencia en caso de que lo necesiten a causa de alguna discapacidad.
- Recibir la asistencia de una persona intérprete o traductora en caso de que no conozcan o comprendan el idioma español.
- Recibir alimentos, agua, asistencia médica y otras atenciones de urgencia durante la ejecución de su detención.
- Ser visitadas por sus familiares o por personal de su confianza, así como por personas representantes de asociaciones u organismos públicos o privados, que hagan trabajo social y cívico.
- Solicitar, en los casos que se permita, que les cambien la multa o arresto por trabajo en favor de la comunidad.
- Solicitar que les permitan pagar la multa correspondiente a su infracción en lugar de ser arrestadas.
- No ser sancionadas con una multa mayor del importe de su jornal o salario de un día, en el caso de ser personas jornaleras.
- Que su multa sea menor al equivalente de un día de su ingreso en el caso de personas trabajadoras no asalariadas.
3.3. Grupos de atención prioritaria
En México, los grupos de atención prioritaria son aquellos que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad debido a situaciones de desigualdad, riesgo o discriminación. Algunos de estos grupos son:
- Mujeres.
- Niñas, niños y adolescentes.
- Personas con discapacidad.
- Adultos mayores.
- Migrantes.
- Comunidad LGBTTTIQA+.
- Personas privadas de su libertad.
- Personas portadoras de VIH
Para atender a estos grupos, las autoridades pueden:
- Asegurar su participación en espacios de toma de decisiones.
- Adoptar medidas basadas en sus necesidades, preferencias y diversidades.
- Prohibir cualquier tipo de violencia o discriminación.
- Prevenir, investigar, sancionar y reparar violaciones a los derechos humanos.
- Dar a conocer las diversidades de cada grupo y sensibilizar a la población.
- Fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para defender los derechos de estos grupos.
Las personas que sufren violaciones a los derechos humanos, así como sus familiares, deben contar con las más amplias posibilidades de ser escuchadas y acompañadas en los respectivos procesos de protección y defensa, así como en la procuración de justicia, el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los responsables, todo ello en la búsqueda de una debida e integral reparación del daño causado. Es necesario hacer valer los derechos de forma efectiva, tomando en consideración las condiciones que generan diferencias entre los diversos integrantes de la sociedad. Por tal motivo, es preciso reconocer y resolver los factores de desigualdad de aquellos grupos de la población que presentan condiciones de mayor vulnerabilidad y marginación, que dificultan su acceso a la justicia. Dichos grupos requieren medios de compensación, que permitan subsanar la posición de desventaja, a fin de hacer posible el pleno goce de los derechos humanos y la inclusión social que favorezcan la vida digna.
Las niñas, niños y adolescentes poseen los mismos derechos que corresponden a todos los seres humanos. Sin embargo, deben considerase algunos derechos específicos relacionados con la familia, la sociedad y el Estado, ya que, debido a su situación de fragilidad, las niñas, niños y adolescentes requieren protección prioritaria para garantizar el pleno ejercicio de sus derechos.
Las personas de 60 años o más, constituyen un segmento poblacional que con frecuencia sufre diversas formas de discriminación, negación o vulneración de sus derechos, así como de escasas oportunidades para el desarrollo económico y personal. Las causas de esas transgresiones son diversas, entre ellas puede identificarse al menos una que resulta determinante, como lo es la percepción social negativa sobre el envejecimiento, que suele desembocar en un estatus de vulnerabilidad múltiple.
La violencia contra las mujeres es una violación grave a los derechos humanos que requiere de una investigación efectiva con alcances adicionales al tratarse de una mujer que sufre muerte, maltrato o afectación a su libertad personal, en el marco de un contexto de violencia. En los casos de violencia sexual, la investigación debe evitar la revictimización o la reexperimentación de la situación traumática. Respecto a las denuncias de desaparición de mujeres surge el deber de la diligencia estricta, con relación a su búsqueda durante las primeras horas y los primeros días. La igualdad es un concepto relacional que involucra la comparación entre distintos elementos. A partir de este análisis comparativo, puede determinarse la presencia o no de la igualdad entre personas o grupos, en el acceso y disfrute de sus derechos. La igualdad se manifiesta en el ámbito normativo y en las prácticas sociales y, por tanto, se concibe como un derecho humano. En cuanto a la igualdad entre mujeres y hombres, el concepto de igualdad se relaciona con la no discriminación y con el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.
A las personas con discapacidad se les debe asegurar el acceso a la justicia, así como generar las condiciones que permitan mitigar sus desventajas. Es necesario reconocer y resolver los factores de desigualdad, a fin de generar medidas de compensación que contribuyan a reducir o eliminar los obstáculos y deficiencias que impidan o reduzcan la posibilidad de disfrutar del pleno ejercicio de sus derechos humanos.
La trata de personas constituye un gran reto para la protección de los derechos humanos. Numerosas víctimas pasan desapercibidas ante la sociedad, y particularmente para las autoridades que son responsables de las tareas de detección, identificación y atención de las víctimas. La discriminación por cuestiones de género, origen, raza, nacionalidad, edad, orientación sexual, religión y otras más, es considerada como uno de los factores que inciden en la falta de atención de los casos, incluyendo el acceso a la justicia. El Estado es el encargado de prevenir, investigar, sancionar y reparar este tipo de violaciones a los derechos humanos.
Cabe señalar que los derechos humanos deben ser garantizados a todas las personas, independientemente de su estatus migratorio. El Estado Mexicano es el encargado de garantizar que toda persona extranjera que transita por el país, aun cuando fuere un migrante en situación irregular, pueda hacer valer sus derechos y defender sus intereses en forma efectiva y en condiciones de igualdad.
Asimismo, para garantizar el acceso a la justicia de los miembros de los pueblos y comunidades indígenas, es necesario brindar una protección efectiva que considere su situación de vulnerabilidad, las particularidades culturales, características socioeconómicas, respeto a sus tradiciones ancestrales, valores, usos y costumbres, así como la protección territorial que permita su libre desarrollo. Además, en los casos en que integrantes de este grupo se encuentren internados en centros penitenciarios, es necesario vigilar sus procesos y situación ya que mantienen implícita una mayor vulnerabilidad, que la de los demás internos de manera general.
Si bien se han logrado avances en materia de víctimas, principalmente en términos normativos, también existe una gran necesidad de fortalecer las políticas públicas que implican el cumplimiento e impulso del respeto a sus derechos humanos. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha observado la omisión reiterada de las autoridades locales respecto al establecimiento de los sistemas estatales de atención a víctimas. Es necesario estrechar los vínculos de colaboración interinstitucional y redoblar los esfuerzos de coordinación en beneficio de las víctimas con el objeto de evitar su revictimización. De igual manera, se requiere realizar las previsiones, ajustes y/o reasignaciones presupuestales que permitan la efectiva implementación y operación de los sistemas estatales de atención a víctimas, así como generar los registros estatales de víctimas, que permitan mantener actualizado el Registro Nacional de Víctimas. En cuanto a los servicios de asesoría jurídica a víctimas, se requiere un mayor compromiso que considere el suficiente personal especializado a nivel nacional.
Actualmente, la pandemia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) constituye un importante reto a la salud pública debido, entre otras cosas, a que su principal vía de transmisión es la sexual, así como a su asociación arbitraria con poblaciones estigmatizadas, como son quienes tienen una identidad de género distinta a la cisgénero (persona que asume una identidad de género que corresponde al sexo que tiene al nacer), o una orientación o práctica sexual no heterosexual. Resulta apremiante difundir entre la población, la información básica sobre el VIH, las medidas de prevención, sus vías de transmisión, así como los derechos humanos relacionados con la materia, especialmente, relacionados con el acceso a la prueba de detección, al tratamiento, a la confidencialidad del diagnóstico, entre otros, con énfasis en acciones focalizadas en las poblaciones mayormente afectadas por la pandemia, ya sea porque presentan mayores prevalencias o por su vulnerabilidad derivada de sus prácticas o contextos. Es necesario que la toma de decisiones se encuentre encaminada a garantizar la entrega completa y oportuna al usuario final del tratamiento antirretroviral (TAR), al momento de ser prescrito, asegurar su continuidad y, de esta forma, evitar la aparición de resistencias que podrían mermar su eficacia.
El sistema penitenciario de nuestro país en su conjunto, es señalado por formar parte de los pendientes que el Estado tiene en materia de derechos humanos, en temas relacionados con las condiciones, funcionamiento y trato que reciben las personas privadas de la libertad, a fin de que sea acorde con la observancia de sus derechos humanos. La prisión es considerada una medida aflictiva, por ello su aplicación debe estar basada en el respeto de los Derechos Humanos en concordancia con la seguridad, el orden y la disciplina que debe observarse en los establecimientos penitenciarios, que a su vez permita organizar las acciones destinadas a alcanzar la reinserción social. Todo ello de acuerdo con el fin constitucional establecido, al considerar que las acciones emprendidas permitan aprovechar el período de privación de libertad, con el fin de lograr la integración a la sociedad tras la puesta en libertad, que permita la convivencia armoniosa, al tiempo que fundamenta la manutención como producto del trabajo.
Con relación al derecho a la seguridad, la gravedad de los casos ha crecido en los últimos años. El incremento de las actividades relacionadas con la delincuencia organizada, la impunidad prevaleciente y la complicidad de elementos que participan en tareas de seguridad, genera una latente vulnerabilidad de la población en general y un mayor riesgo para los grupos que requieren atención prioritaria.
3.4. Adolescentes y menores infractores
Según la Convención de los Derechos del Niño, éste es una persona de entre 0 y 18 años no cumplidos. La niñez tiene una protección jurídica muy especial y en el marco del derecho penal y la actuación policial rige un principio básico: el interés superior del niño.
El derecho penal no impide que se ejerza defensa legítima en contra de niños, pues no se establece en el ordenamiento jurídico que el agresor tenga capacidad de culpabilidad, por lo que técnicamente es posible actuar en defensa legítima contra agresiones provenientes de niñas o niños. Pero esto tiene muchas implicaciones que todo policía debe saber.
Ejercer la defensa en contra de un niño deber ser, absolutamente, la última opción que tiene el policía en aquellos casos en los que, de no actuar, el niño lesionaría el bien jurídico. Según las restricciones de corte ético-social, es preferible la defensa legítima, pues el derecho penal no está hecho para estos casos y es preferible que, a través de medios de control social informal, como la familia o la escuela, se puedan introducir valores en la niñez de cara a respetar el ordenamiento jurídico.
No obstante, hay casos en que niñas, niños o adolescentes cometen agresiones graves e incluso forman parte de grupos organizados dedicados al crimen y utilizan armas de fuego. Tal es el caso, por ejemplo, de un adolescente de 17 años que amenaza a otro con una pistola o que forma parte de una banda dedicada al secuestro. En tales casos, la actuación policial en legítima defensa está justificada, por supuesto, cumpliendo estrictamente con todos y cada uno de los elementos que se exigen.
3.5. Distancia y posición de entrevista
La entrevista policial es una conversación llevada con un propósito, motivada por el deseo de obtener cierta información de la persona entrevistada respecto a lo que percibió por medio de los sentidos, en cuanto al asunto que está siendo investigado.
Se puede definir como aquella actividad policial durante la cual se formulan preguntas no acusatorias, estructuradas y específicas, provocadoras de ciertas conductas que buscan incitar síntomas interpretables de conductas características de inocencia o culpabilidad.
La entrevista no puede reducirse a una fórmula sencilla ni se puede sentar reglas para cubrir todas las situaciones. Cada entrevista es un esfuerzo individual en la búsqueda para recabar información de una fuente humana. Pero, para saber qué preguntas hacer en qué momento y a qué persona, se debe adquirir la técnica para entrevistar con el estudio y práctica cuidadosos. Una buena entrevista es un proyecto ideal de relaciones públicas.
¿Qué debe tomarse en cuenta cuando se entrevista a un probable responsable?
La entrevista debe conducirse en una oficina policial o algún lugar neutral, si es posible. Evite entrevistar a un probable responsable en su medio, territorio o elemento.
Establezca afinidad a través de la conversación y preguntas abiertas sin amenazas y observe la conducta no verbal durante este proceso no acusatorio (¿cómo saber si alguien miente, si no sabemos cómo actúa cuando dice la verdad?).
Deben considerarse, además:
- Las condiciones físicas y psicológicas del entrevistado (recuerde que parte fundamental de la entrevista es saber cómo aproximarse a cada individuo);
- La inteligencia y la edad del entrevistado;
- El tiempo que ha transcurrido desde el suceso investigado hasta el momento de la entrevista;
- Si hay uso de alcohol y/o drogas; y
- La profesión del sujeto (existen profesiones u oficios en los que, por la naturaleza misma de la actividad, el sujeto puede manejar mejor su lenguaje no verbal).
Características del lugar
Es preferible que el lugar de la entrevista sea controlado y que no exista distracción alguna entre el entrevistador y el entrevistado; sin embargo, para el entrevistador esto no es siempre factible y deberá hacerlo en sitios lo más cómodos que le sea posible.
La hora de la entrevista debe ser concertada cuando se trate de testigos o denunciante, pero en el caso de probables responsables, debe ser en el momento en que el entrevistador esté física y anímicamente mejor.
4. Técnicas de defensa
4.1. Palancas
En la mecánica corporal, el concepto de palanca, se utiliza de forma que utilizando una pequeña fuerza aplicada en un extremo de una palanca (hueso) a cierta distancia del punto de apoyo (articulación), produce una fuerza mayor en dirección opuesta a su radio de acción natural, lo que provoca un dolor que nos permite controlar e inmovilizar las acciones del adversario.
4.2. Proyecciones
Estás técnicas tienen como finalidad hacer caer al adversario manteniendo uno mismo un equilibrio perfecto:
Barrida al pie que avanza: justo en el momento del ataque se realiza con el pie delantero a la altura del tobillo del contrincante una barrida de exterior a interior al tiempo de que las manos sacan de balance al oponente.
Barrida con talón: justo en el momento del ataque se realiza con el pie atrasado un movimiento de vaivén que hará contacto contra el pie adelantado del oponente.
Derribe con la cadera: en una lucha cuerpo a cuerpo se sujeta al contrincante aplicándole un desequilibrio y colocando la cadera a la espalda del mismo, se flexiona el tronco doblando ligeramente las piernas y realizando un giro corporal al tiempo que los brazos jalan fuertemente extendiendo las piernas para proyectar al contrincante hasta derribarlo.
Derribe por encima del hombro: en una lucha cuerpo a cuerpo se avanza hacia el oponente quedando de espalda a él tomándolo del brazo a la altura de la axila se flexiona el tronco y se gira el cuerpo levantándolo y derribándolo sobre el piso.
4.3. Defensa personal y aseguramiento
Son las técnicas nos permitirán trasladar a personas aseguradas:
Traslado con inmovilización de articulaciones: Éstas nos permiten, después de someter al agresor, mediante diferentes técnicas de manipulación de las articulaciones conducir a personas aseguradas.
4.4. Rodadas
El propósito es condicionar al cuerpo para car sobre sí mismo, soportando su propio peso y sin sufrir daño alguno.
Rodada al frente:
- En posición de parado pasar a posición de cuclillas.
- Apoyar las palmas de las manos en el piso aproximadamente al ancho de los hombros.
- Mantener la cabeza inclinada y tocar el pecho con la barbilla.
- Elevar la cadera para impulsarse.
- Conservar las rodillas cerca del pecho.
- Impulsarse y rodar lentamente sobre su espalda aprovechar el impulso para terminar sentado en cuclillas o de pie.
Rodada hacia atrás:
- Colocarse en posición de cuclillas o sentado.
- Rodillas y barbilla pegadas al pecho.
- Con los brazos flexionados se colocan las manos por arriba de los hombros con las palmas hacia arriba.
- Mueve las rodillas y la cadera y pásala sobre la cabeza.
- Rueda hacia atrás con la espalda curva.
- Aprovechar el impulso de la rodada para terminar en posición de cuclillas.
Rodada tres cuartos:
- Partiendo de la posición de parado inclinar el cuerpo al frente.
- Una de las piernas estará extendida y la otra doblada ligeramente al frente.
- Pegar la barbilla al pecho y la cabeza al hombro izquierdo.
- Sin ayuda de las manos impulsar la cadera al frente y rodar con la parte del omoplato.
- Aprovechar el impulso de la rodada para terminar en posición de cuclillas.
Salto del tigre:
- El ejecutante después de cortar carrera realizara como ejercicio de preparación un firme impulso con las piernas, y las manos extendidas al frente.
- Imaginariamente o con un obstáculo proyectara su cuerpo al frente procurando pegar la barbilla al pecho y evitando rozar el obstáculo.
- Amortiguar la caída con los brazos y rodara con su espalda en bola.
- Aprovechar el impulso para caer en posición de cuclillas o de pie.
4.5. Sujeción – garres
Estás manipulaciones nos ayudan a poner término definitivo a un enfrentamiento:
Inmovilización de muñeca: se realiza una hiperextensión a la articulación de la muñeca con el fin de producir dolor y controlar la situación in movilizando al agresor.
Inmovilización de codo: Se realiza el control en la articulación del codo en el cual además de producir dolor se logra un desequilibrio.
Inmovilización de hombro: después de desequilibrar al oponente se colocará nuestro propio cuerpo sobre el brazo del oponente ejerciendo una presión y realizando una palanca la cual someterá al adversario el cual quedará controlado.
Inmovilización de hombro con asfixia: después de derribar al oponente se colocará una de nuestras rodillas al piso y con la otra se hará una palanca a el brazo a el mismo tiempo que con la otra mano se realiza una presión sobre el cuello que cortará momentáneamente la respiración.
4.6. Caídas
El propósito es condicionar al cuerpo para car sobre sí mismo, soportando su propio peso y sin sufrir daño alguno.
5. Técnicas de control corporal
5.1. Generalidades
Las técnicas de control corporal son métodos utilizados para controlar o restringir los movimientos de una persona, generalmente con fines de defensa personal, seguridad o entrenamiento. Estas técnicas son comunes en disciplinas como las artes marciales, la defensa personal, el trabajo policial, militar y en actividades deportivas como la lucha y el jiu-jitsu.
Principios Generales
- Control del movimiento: El objetivo principal es limitar la capacidad de la persona para moverse libremente, minimizando el riesgo de lesiones para ambas partes.
- Uso eficiente de la fuerza: Las técnicas se basan en aprovechar la biomecánica del cuerpo, como puntos de palanca, desequilibrios y puntos de presión, más que en la fuerza bruta.
- Velocidad y precisión: La rapidez para aplicar las técnicas y la precisión en los movimientos son esenciales para garantizar su eficacia.
- Consciencia situacional: Es fundamental evaluar constantemente el entorno y la reacción de la persona sometida para evitar situaciones peligrosas.
- Adaptabilidad: Las técnicas pueden variar dependiendo del tamaño, fuerza y actitud de la persona a someter.
Ámbitos de Aplicación
- Defensa personal. Ayudan a protegerse contra agresores sin necesidad de causar lesiones graves.
- Seguridad y fuerzas del orden. Se emplean para someter a individuos peligrosos de manera controlada y minimizar el uso excesivo de la fuerza.
- Artes marciales y deportes de combate. Disciplinas como el judo, el jiu-jitsu brasileño, el sambo y el aikido entrenan específicamente en técnicas de control y sometimiento.
- Entrenamiento militar. En combate cuerpo a cuerpo, las técnicas de sometimiento son esenciales para neutralizar a un enemigo rápidamente.
Beneficios y Riesgos
Beneficios
- Permiten manejar situaciones potencialmente peligrosas sin el uso de armas.
- Promueven el autocontrol y la disciplina en quienes las practican.
- Mejoran la confianza personal y la habilidad para responder a amenazas.
Riesgos
- Si se aplican incorrectamente, pueden causar lesiones graves, como dislocaciones, asfixia o daño en tejidos blandos.
- Existe un riesgo elevado en entornos donde el oponente pueda portar armas ocultas.
- Requieren entrenamiento adecuado para ser efectivas y seguras.
Recomendaciones para su Práctica
- Entrenar bajo la supervisión de instructores calificados.
- Practicar en un entorno controlado, como academias de artes marciales o defensa personal.
- Priorizar el respeto y la seguridad del compañero de práctica.
- Entender los límites legales sobre el uso de la fuerza en el contexto donde se aplican las técnicas.
Las técnicas de control corporal, cuando se aprenden y usan de manera ética y responsable, son herramientas valiosas para la protección personal y la seguridad de los demás.
5.2. Control
Existen diversas técnicas que pueden agruparse según el enfoque y el objetivo:
- Control Articular
- Llaves: Movimientos que inmovilizan una articulación, como muñecas, codos, hombros o rodillas. Ejemplo: Llave de brazo (armbar) o control de muñeca.
- Estas técnicas generan dolor o inmovilidad, obligando a la persona a detener su resistencia.
- Técnicas de Estrangulación
- Incluyen el control del flujo de aire (estrangulaciones de compresión) o del flujo sanguíneo (estrangulaciones vasculares). Ejemplo: Estrangulación trasera (rear naked choke).
- Se utilizan para neutralizar rápidamente a una persona sin causar daño permanente si se aplican correctamente.
- Proyecciones y Derribos
- Consisten en desequilibrar al oponente y llevarlo al suelo mediante palancas o movimientos estratégicos. Ejemplo: Proyección de cadera o derribo de pierna.
- Permiten colocar al oponente en una posición más controlable.
- Inmovilizaciones
- Son técnicas que sujetan a la persona en el suelo o en una posición específica. Ejemplo: Control lateral (side control) o inmovilización montada.
- Se emplean para evitar que la persona se levante o use su fuerza de manera efectiva.
- Manipulación de Puntos de Presión
- Involucra la aplicación de presión en puntos sensibles del cuerpo para causar dolor o incomodidad. Ejemplo: Uso de puntos en el cuello, mandíbula o dedos.
- Generalmente, estas técnicas son rápidas y buscan una reacción inmediata.
5.3. Puntos vitales del cuerpo
Son áreas específicas donde un impacto, presión o manipulación puede causar dolor, incomodidad, desorientación o incluso incapacitación temporal de un agresor. Estos puntos se eligen estratégicamente por su sensibilidad, accesibilidad y efecto inmediato, permitiendo al defensor ganar tiempo para escapar o neutralizar la amenaza.
Clasificación de los Puntos Vitales
Los puntos vitales se dividen según su ubicación en el cuerpo y el tipo de daño que pueden causar al ser atacados:
- Cabeza y cuello
- Ojos: Atacar los ojos con golpes, arañazos o presión puede incapacitar temporalmente debido al dolor extremo y la dificultad para ver.
- Nariz: Golpear la nariz (especialmente hacia arriba) causa dolor intenso y lagrimeo involuntario.
- Mandíbula: Un golpe en el mentón o la mandíbula puede desorientar, causar pérdida del equilibrio o dejar inconsciente al agresor.
- Orejas: Una palmada directa a la oreja genera dolor y puede afectar el equilibrio debido a la presión en el sistema auditivo.
- Garganta: Atacar la tráquea con presión o golpes puede causar asfixia temporal y pánico.
- Base del cráneo (nuca): Es una zona peligrosa; un impacto puede causar desorientación o pérdida del conocimiento.
- Tronco
- Clavícula: Un golpe o presión aquí causa un dolor agudo e incapacita el movimiento del brazo correspondiente.
- Esternón: Un impacto en el centro del pecho puede generar dificultad para respirar.
- Costillas flotantes: Golpes laterales en esta área pueden causar dolor extremo e incluso fracturas.
- Plexo solar: Ubicado justo debajo del esternón, un golpe directo aquí puede causar pérdida de aire y temporal incapacitación.
- Abdomen bajo (área del hígado o el bazo): Estas áreas son extremadamente sensibles y un impacto fuerte puede causar dolor debilitante.
- Extremidades
- Dedos: Torcer o presionar los dedos puede inmovilizar temporalmente al agresor.
- Muñeca: Es un punto útil para aplicar técnicas de control y llaves articulares.
- Codo: Un golpe lateral o una llave puede dislocarlo, limitando la capacidad de ataque del agresor.
- Rodillas: Un impacto directo puede desestabilizar y hacer que el agresor pierda el equilibrio.
- Tobillos: Golpes o torceduras pueden reducir la capacidad de movimiento.
- Zonas bajas
- Ingle: Uno de los puntos más sensibles en el cuerpo, especialmente en hombres; un golpe aquí puede incapacitar de inmediato.
- Parte interna de los muslos: Contienen nervios importantes; un golpe o presión puede causar dolor extremo y reflejos involuntarios.
Aplicaciones Prácticas
- Impacto rápido y preciso: Utiliza golpes directos, como con los nudillos, codos, rodillas o pies, para atacar puntos clave.
- Presión o manipulación: Los puntos como los dedos, la garganta o las orejas pueden ser sometidos con presión controlada para neutralizar sin causar daños permanentes.
- Proyecciones y derribos: Atacar las rodillas, tobillos o caderas permite desequilibrar al agresor y ganar ventaja.
Importancia de la Ética y la Responsabilidad
- Uso proporcional de la fuerza: Atacar puntos vitales debe realizarse solo cuando exista un riesgo real e inminente.
- Evitar daño permanente: Aunque algunos puntos pueden ser letales si se atacan con fuerza extrema, el objetivo es incapacitar y escapar, no causar lesiones irreversibles.
- Conocimiento del entorno: Evaluar si es posible escapar sin recurrir a la violencia siempre debe ser la primera opción.
Recomendaciones para el Entrenamiento
- Practicar bajo la supervisión de un instructor de defensa personal o artes marciales.
- Enfocar el entrenamiento en la precisión, velocidad y control.
- Simular escenarios de ataque para mejorar la capacidad de reacción.
- Comprender los límites legales sobre el uso de la fuerza en defensa personal en tu país o región.
Dominar el uso de los puntos vitales requiere práctica, autocontrol y responsabilidad para emplearlos solo en situaciones necesarias.
5.4. Ejercicios
Permanentemente, estamos pasando por diversos estados de vulnerabilidad, es decir, somos más o menos propensos a ser considerados víctimas. El delincuente común, por supuesto va a elegir al menos complicado en el momento de atacar, y va a preferir a quienes perciba como menos apto para defenderse por cuestión de edad, salud, sexo, distracción o descuido.
- El primer ejercicio consiste en dedicar unos momentos en las caminatas a ponerse en el rol de un ladrón o de un agresor, y estudiar las demás personas para saber a quiénes y porqué uno se decidirá a atacar. Observar qué factores nos dan confianza sobre algunos individuos como para considerarlos presas potenciales y cuáles hacen que descartemos a otros.
- El segundo ejercicio, también en la calle, es tomar consciencia de las personas que nos rodean y determinar su actividad, si se hallan caminando al trabajo, o se encuentran merodeando; si algunos están solos, pero parecen comunicarse visualmente con otros de las cercanías. Realizar periódicas detenciones en estantes de comercios y, con una mirada rápida, percibir si alguien realiza el mismo camino que nosotros.
- El tercer ejercicio es una continuación de los anteriores; se trata de explotar el medio para potenciar nuestra capacidad ofensiva, así es que nos entretendremos en observar elementos que no sean útiles a esos fines en cualquier lugar donde estemos.
En conclusión, el objetivo no es andar en la calle como una persona loca o paranoica, sino que, realizar todo esto a modo de entretenimiento, llevará gradualmente a desarrollar la observación y la capacidad de estar preparados en forma natural, observando estos hábitos en nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta.
6. Desarme y neutralización
6.1. Factores técnicos y tácticos de actuación
El desarme y neutralización son técnicas avanzadas dentro de la defensa personal y el combate cuerpo a cuerpo, diseñadas para enfrentar y controlar situaciones donde el agresor esté armado. Estas estrategias buscan minimizar el riesgo para el defensor, neutralizar la amenaza y garantizar la seguridad en situaciones de alto estrés. La eficacia de estas técnicas depende de una combinación de factores técnicos y factores tácticos, que trabajan en conjunto para asegurar un desenlace favorable.
Factores Técnicos
Estos están relacionados con las habilidades específicas necesarias para realizar un desarme o neutralización de manera efectiva:
- Dominio de las Técnicas Básicas
- Control de la distancia: Mantener una distancia óptima para minimizar el alcance del arma del agresor y facilitar una intervención segura.
- Bloqueos y desvíos: Técnicas para redirigir el ataque del arma (puñal, pistola, palo, etc.) fuera de la línea de peligro.
- Control articular: Aplicación de llaves o palancas para desarmar e inmovilizar al agresor.
- Uso de palancas y puntos de presión: Manipular las extremidades o partes sensibles para forzar al agresor a soltar el arma.
- Movimientos Específicos
- Desarme directo: Involucra movimientos rápidos y decisivos para quitar el arma del agresor.
- Neutralización del arma: Técnicas para asegurar que el arma no pueda ser utilizada contra el defensor, como apuntarla hacia una dirección segura.
- Proyecciones o inmovilizaciones: Llevan al agresor al suelo para limitar su capacidad de acción.
- Desvío y ataque simultáneo: Redirigir el arma mientras se aplica un contraataque efectivo.
- Coordinación y Precisión
- Movimientos precisos y calculados que evitan el uso innecesario de fuerza.
- Coordinación entre manos, brazos y cuerpo para controlar el arma y al agresor.
- Adaptación al Tipo de Arma
- Armas blancas (cuchillos, navajas): Enfocarse en redirigir y controlar la mano que sostiene el arma para evitar cortes.
- Armas de fuego: Desviarlas fuera de la línea de fuego antes de intentar desarmar.
- Armas contundentes (bates, barras): Bloquear el ataque inicial y controlar el arma desde el punto de menor fuerza (normalmente cerca de las manos del agresor).
Factores Tácticos
Estos se relacionan con el análisis del entorno y la estrategia mental para enfrentar la situación.
- Consciencia Situacional
- Evaluación del entorno: Identificar obstáculos, posibles salidas y objetos que puedan ser utilizados como herramientas defensivas.
- Reconocimiento de la intención del agresor: Analizar si el agresor busca intimidar, herir o causar daño letal.
- Uso del entorno: Aprovechar paredes, muebles u otros elementos para limitar el movimiento del agresor.
- Control Mental
- Calma bajo presión: Mantener la serenidad para ejecutar las técnicas sin errores.
- Confianza en el entrenamiento: Las reacciones deben ser automáticas y basadas en prácticas previas.
- Lectura del agresor: Anticipar movimientos o cambios en la dinámica del ataque.
- Tiempo y Velocidad
- Elegir el momento adecuado para actuar es crucial. Un desarme debe realizarse en el instante en que el agresor muestra vulnerabilidad o pierde el control momentáneo.
- Movimientos rápidos y fluidos son esenciales para evitar que el agresor recupere el dominio.
- Prioridad en la Seguridad
- La seguridad del defensor es el objetivo principal; no se busca necesariamente confrontar al agresor, sino neutralizar la amenaza y escapar si es posible.
- Minimizar el riesgo para terceros en el entorno.
- Elemento Sorpresa
- Aprovechar la distracción del agresor para realizar el desarme.
- Usar movimientos inesperados para romper la concentración o la ventaja del agresor.
Entrenamiento y Recomendaciones
- Practicar con instructores calificados en defensa personal o artes marciales especializadas (krav maga, jiu-jitsu, aikido, etc.).
- Simular escenarios reales para desarrollar respuestas automáticas.
- Aprender a usar objetos cotidianos como herramientas de defensa (bolsos, paraguas, cinturones).
- Conocer las leyes locales sobre el uso de la fuerza y la legítima defensa.
El desarme y neutralización requieren práctica constante, enfoque mental y un conocimiento profundo de las técnicas para garantizar su eficacia en situaciones reales. La clave es actuar de manera decisiva, proteger la propia integridad y evitar riesgos innecesarios.
6.2. Desarme
Para pelear a puño limpio contra un asaltante armado se necesita un control sobre la descarga de adrenalina, una comprensión del campo efectivo de un arma y una capacidad de pasar de cero a 100% en un solo golpe. Cuando te enfrentes con un asaltante armado, debes recordar que tendrás ventaja cuando inicies un plan de acción antes de que tu oponente se dé cuenta que será atacado.
Normalmente, tu plan de acción debe ser “correr”. Un asaltante con un cuchillo puede perseguirte, pero no podrá atacarte a distancia. Si estás acorralado y no tienes ninguna manera de escapar, puedes seguir estos consejos. Sin embargo, si no estás entrenado para desarmar a tu oponente y, aún si lo estás, tratar de desarmar a alguien tiene un “alto riesgo de lesión o muerte”.
Consejos
- Practica lo más que puedas. Incluso las personas que han recibido un entrenamiento de combate podrían no contar con las habilidades requeridas para desarmar a una persona en una situación real. Antes de siquiera considerar el uso de estos movimientos, asiste a una clase para aprender a desarmar a un oponente armado y practica hasta poder realizar los movimientos por instinto.
- Incluso si te sientes un poco inseguro, es mejor ir por lo seguro y darle al criminal lo que te pida. Ningún objeto que poseas vale más que tu vida.
- Mantén la mirada en el arma, pero no le brindes toda tu atención. El criminal puede atacarte con otras partes del cuerpo o quizás con otras armas.
- Un arma tiene más eficacia si se usa a una distancia corta. Esta distancia es una ventaja para la persona armada. Reduce esta distancia para que se convierta en una desventaja.
Advertencias
- Es probable que tu única opción sea matar al atacante. Sin importar lo desagradable que sea, a veces es la opción más segura. No obstante, si puedes evitarla, HAZLO.
- Si la policía se encuentra allí, deja que haga su trabajo. Ellos están capacitados para encargarse de este tipo de problemas. Si te mueves o intentas desarmar al atacante, podrías interferir con la línea de disparo de los policías o recibir un disparo del atacante.
- Incluso en los casos extremos de defensa personal, si matas o lesionas gravemente a una persona, esto puede meterte en problemas con la ley e incluso podrían encarcelarte. Debes informar toda lesión que inflijas al atacante, así podrá recibir un tratamiento médico adecuado.
- Ten en cuenta que el asaltante podría contar con otras armas, además de la que ha usado para atacarte.
¿Cómo desarmar a un criminal con pistola?
Existen muchas técnicas que puedes emplear para desarmar a un criminal; sin embargo, todas ellas son muy peligrosas. Primero, debes analizar la situación para determinar si existen otras maneras de reducir la amenaza.
Método 1.
Arrebatarle el arma al criminal
Ten en cuenta que tu objetivo en este tipo de situaciones es salvar tu vida. Si luchas con el criminal, esto puede aumentar de manera considerable las probabilidades de morir.
- Si no te has sometido a un entrenamiento militar, policial o a uno de artes marciales de varias sesiones especializados en el tema de desarmar a un oponente, la manera más segura de enfrentar a una persona armada consiste en hacer lo que te pida, salvo que desee que ingreses a un vehículo con ella. En esta situación, tu vida estará en riesgo, ya que no se trata de una película y, por lo general, el atacante tendrá más experiencia que tú en este tipo de situaciones.
- Ten en cuenta que, en este tipo de casos, el error más común que las posibles víctimas cometen es tener demasiada seguridad. El exceso de seguridad es la causa de la gran mayoría de las muertes. El segundo error más común es pelear contra el criminal. No obstante, hay ocasiones en las que podrías determinar que tienes que pelear. Por ejemplo, imagina que te encuentras en medio de un tiroteo en la escuela, en el cual es evidente que el objetivo del atacante es matar a la mayor cantidad posible de personas.
Toma su brazo sujetándolo de la muñeca. Si has determinado que tienes que desarmar al criminal o, de lo contrario, podría dispararte, voltea el arma para alejarla de ti. Esta técnica es muy peligrosa. No intentes realizarla si no has recibido un entrenamiento adecuado, salvo que sea totalmente necesario.
- El objetivo consiste en cerciorarte de que el arma apunte lejos de tu cuerpo cuando la sujetes, y girarla.
- Debes mantener la energía que has generado; para ello, gira el brazo con el arma hacia la derecha y aléjate de la posición inicial en la que se encontraba el criminal. Luego lanza a la persona armada al suelo conforme gires a la derecha sosteniendo su brazo.
- Tu mano debe permanecer en el brazo atacante y debe tomar el arma. Asimismo, puedes aproximarte a la persona y sujetar su brazo con tu pierna.
Sujeta el arma en su mano. Gira el arma hacia abajo y lesiona el dedo del criminal cuando lo hagas. Ten en cuenta que el dedo del criminal se encontrará en el gatillo.
- Gira el arma hacia la derecha. Todas estas maniobras son peligrosas si el criminal tiene más fuerza que tú; además, posan el riesgo de hacer que el arma dispare y lastime a otras personas en el área.
- Arrebata el arma de la mano herida del criminal. Dóblale la muñeca con la mano izquierda e inmovilízala con tu mano derecha, luego sujeta el arma y empújala hacia abajo. Esto es muy importante. Si no le sujetas la muñeca antes de voltear el arma para que apunte hacia abajo, correrás el riesgo de que pueda seguir controlándola.
Desarma a una persona que te apunte por la espalda. Voltea, aproxímate por debajo de su brazo y arrebátale el arma.
- Podrías emplear alguna de las dos acciones indicadas a continuación. Puedes girar el arma en la mano del criminal y lesionar su dedo, o tan solo podrías arrebatarle el arma de la mano. Desplaza la mano izquierda hacia el lado en el que el atacante tenga el arma y, al mismo tiempo, desplaza tu cuerpo hacia el lado derecho del atacante.
- Antes de hacerlo, levanta las manos como si te rindieras y dile que no dispare. Luego de desplazar tu mano izquierda hacia el lado en el que el atacante tenga el arma, da un paso circular hacia la derecha en sentido antihorario entre los pies del atacante y gira el arma para que apunte hacia él.
- Bloquea la mano derecha del atacante con tu muñeca y gira el arma para que apunte a su garganta, así lo arrojarás al suelo. Cada uno de estos movimientos tiene el objetivo de reubicar el arma antes de girarla en la mano de la persona.
Controla el arma. Debes ganar el control del arma para que el criminal no vuelva a apuntarte con ella. Esto ocurrirá con rapidez y el criminal intentará recuperar el control del arma.
- Arremete contra el criminal. Emplea tu peso para empujar el arma hacia adentro y hacia abajo. Debes tratar de empujar el arma hacia abajo y hacia adentro, así reducirás la capacidad del atacante de moverla. Sin importar la reacción del criminal, mueve los pies para seguir depositando tu peso en el arma.
- Tendrás que emplear los músculos de tu cadera y tu peso corporal para torcer la muñeca del atacante y derribarlo. Haz un solo movimiento que ejerza una gran tensión en la muñeca del atacante, lo que lo derribará y permitirá tener un control sólido del arma. Para quitarle el arma, puedes patearle la cabeza, la sección media del cuerpo o la ingle.
- También puedes llegar al hombro del atacante y tomar la culata del arma. Para lograrlo, introduce tu mano derecha apuntando con el pulgar hacia el suelo. Jala el arma con fuerza en tu dirección para reducir la ventaja del atacante y jálala un poco hacia arriba. Luego arrebata el arma.
Método 2.
Evitar que te disparen
Dale al atacante lo que pida. Podrías correr el menor peligro posible si haces lo que la persona armada te pida (como darle tus cosas), si esto no pone en peligro tu vida.
- Por ejemplo, si un asaltante desea tu auto, tu billetera o tu bolso, debes entregárselos. No vale la pena arriesgar tu vida por ellos. Arroja el objeto (bolso, llaves del auto, etc.) detrás de la persona; ella lo tomará y tú podrás escapar.
- Ha habido casos en los que la persona le entregaba al atacante lo que este le pedía, y aun así el criminal le disparaba. No existe una técnica segura para este tipo de situaciones peligrosas y rápidas.
Cambia la dirección de la línea de disparo. El método más eficaz para protegerte consiste en eliminar el peligro más inmediato que corras. Si te apuntan con un arma, es evidente que esto será el peligro más inmediato que correrás.
- Debes apartarte de la línea de disparo. Para ello, puedes cambiar la dirección de la línea de disparo o puedes alejarte. Tu primer movimiento debe ser pequeño e imperceptible. Si haces un movimiento notorio para girar o alejarte de la línea de disparo, podrías hacer que el atacante te dispare.
- Cambia la línea de disparo con la mano. Esto hará que el disparo pase cerca de menos puntos vitales. Mueve el arma de manera lateral en la línea más corta posible. Si te están apuntando con un arma en el pecho, muévela hacia la izquierda o la derecha. Asimismo, podrías empujar el arma hacia arriba.
Escapa. Esta es una posible opción, pero puede ser muy peligrosa, ya que el atacante podría dispararte.
- Si vas a emplear esta técnica, arroja un objeto (como tu billetera) en una dirección y corre hacia la otra, así harás que el atacante se distraiga. Corre en zigzag o siguiendo otro patrón impredecible.
- Cabe recalcar que este es un movimiento muy peligroso. Nuevamente, toda la situación en sí es peligrosa. La mejor opción podría ser darle al atacante lo que desea. Si el criminal aún no te ha visto (como en el caso de un tirador activo), lo principal es correr y ocultarte (p. ej., detrás de una puerta), y solo debes luchar si te encuentran.
Expresa tus intenciones. Si estás listo para hacer un movimiento, indícale a la persona armada qué es lo que vas a hacer, antes de hacerlo.
- Por ejemplo, antes de sacar tu billetera, puedes decir algo como “Voy a meter la mano en el bolsillo para sacar mi billetera y entregártela”.
- Observa los rasgos del criminal conforme te muevas. Descubre un rasgo único sobre esta persona que permita que la policía pueda identificarla en un momento posterior.
Haz que el criminal se distraiga. Imagina que estás frente a un atacante que está decidido a matarte. Esto quiere decir que su objetivo no es robar, sino matar, tal como se ha visto en los tiroteos que han ocurrido anteriormente en las escuelas.
- Si es posible, escapa. Aléjate del edificio o del área.
- Si no puedes correr, debes ocultarte. Ocúltate detrás de una puerta y coloca tu teléfono en modo silencioso. Antes de comunicarte con los servicios de emergencias, debes cerciorarte de que la puerta esté fuertemente bloqueada.
- Si el atacante te encuentra, lucha con él. Emplea armas improvisadas (como sillas, laptops, libros de texto, etc.) que puedas arrojarle o con los que puedas golpearlo. Esto es más eficaz si te encuentras en un grupo, pero también es de utilidad si estás solo. El objetivo es derribar al criminal a como dé lugar.
- Antes de hacerlo, reúnete con otras personas. Sujeta el arma del criminal y gírala con rapidez para alejarla de tu cuerpo. Sigue sujetando el arma cuando el criminal la jale para alejarla de ti, y deposita tu peso hacia adelante. Luego golpéalo en la cara o la garganta con mucha fuerza. Sujeta con la mano el extremo del arma por donde no sale la bala. Dale un rodillazo al criminal en la ingle. También puedes girar tus manos como si acelerarás una moto, lo que lesionará el dedo del criminal que se encuentre en el protector del gatillo.
Método 3.
Despistar al criminal
Levanta las manos y actúa como una persona aterrada y pasiva. Si no desafías al atacante, existe la probabilidad de que no te lastime. Si planeas desarmarlo, también tendrás que comportarte de manera pasiva y complaciente al inicio, así lo despistarás.
- Lo ideal es que solo hagas todo lo que te pida, sin intentar hacer algo peligroso.
- Actúa de manera cooperativa y pasiva en la medida de lo posible. Di algo como “Hey, no te preocupes, no quiero tener problemas. ¿Qué es lo que buscas?”. Haz que el atacante tenga la impresión de que no eres peligroso.
- Levanta los brazos a una altura mayor a la del arma, y no los mantengas quietos. Muévelos de un lado a otro de manera reiterada, así calmarás la visión periférica del atacante y ocultarás el movimiento defensivo. También debes mover las manos hacia adelante, así ocultarás el movimiento que vayas a hacer.
Acércate para que el arma esté al alcance de tu brazo. Emplea un movimiento rápido para primero desplazar tu cabeza y luego sujetar el arma.
- Aleja el arma de tu cuerpo. Gira la muñeca del criminal hacia adentro. Distráelo con un golpe, una patada o ambos movimientos.
- Acércate por debajo del arma. Para ello, coloca tu mano libre en el percutor y conoce la dirección en la que el cañón apunta en todo momento. Sujeta el arma con ambas manos cuando patees, pisotees o le des un rodillazo al criminal. Para arrebatar el arma, sujétala con firmeza empleando ambas manos y tuerce la muñeca del criminal. Ahora tendrás el arma.
Da unos pasos hacia atrás cuando tengas el arma. Cuando tengas el arma, lo mejor que podría ocurrir es que puedas irte sin tener que disparar.
- Escapa con el arma. Si el criminal sigue atacándote, es probable que no tengas más opción que dispararle. Para ello, debes revisar el arma con las manos y darle un pequeño golpe al fondo del cargador, así te cerciorarás de que esté colocado.
- Grita, haz ruido e intenta llamar su atención. Con suerte, el criminal huirá. Nuevamente, el objetivo es no tener que disparar. Conoce las leyes de defensa personal. En muchos casos, si corres un riesgo inmediato de morir o de sufrir lesiones corporales graves, tienes derecho a defenderte.
Mantén la calma. No debes demostrar que sientes pánico, ya que esto podría hacer que la persona armada también entre en pánico, lo cual es muy peligroso.
- Debes conservar la ventaja psicológica. Haz contacto visual con la persona armada. Esto la obligará a considerarte un ser humano y podría hacer que tenga más dificultades para dispararte. No obstante, no lo mires de manera intimidante o desafiante.
- Analiza el contexto. ¿Cuál es el motivo por el que la persona te apunta con un arma? Si se debe a que quiere robarte, es probable que no quiera matarte. Si te apuntan en un tiroteo masivo en el que la persona armada tiene como objetivo matar a la mayor cantidad posible de personas, este será un caso muy diferente. Si no sabes con certeza si el motivo es matarte, el criminal podría perdonarte la vida y quizás no tengas que quitarle el arma.
No te expongas a situaciones peligrosas. Existen maneras en las que puedes reducir la probabilidad de tener que emplear técnicas de defensa personal.
- Si eres mujer o una persona con discapacidad, no camines sola, en particular durante la noche. Los criminales buscan aprovecharse de todo momento de vulnerabilidad. Ellos podrían considerarte como su objetivo si caminas ebrio por las calles. No exhibas tu dinero o tus joyas costosas.
- Préstale atención a tu entorno. No camines con la cabeza hacia abajo o distrayéndote mientras hablas por teléfono. Presta atención a lo que ocurre a tu alrededor en todo momento. Usa calzado que te permita correr.
- Podrías obtener un permiso para portar armas si la ley lo permite en tu estado o región, y si has recibido un entrenamiento adecuado. Solicita una escolta de seguridad en tu universidad, departamento o trabajo, si cuentas con esta opción. Puedes portar una macana o gas pimienta, si son legales en tu región.
¿Cómo desarmar a un criminal con cuchillo?
Asume una posición adecuada de combate. Un cuchillo es efectivo a cortas distancias; específicamente, a una distancia de puñete o apretón de manos y a distancias menores como en situaciones de forcejeo. El pie no dominante debe estar firmemente plantado delante del pie dominante. Este debe estar en reposo sobre la base de los dedos, un poco atrás y ligeramente hacia afuera. El torso debe estar mirando al oponente. Las manos deben estar en frente de la cara con los codos hacia adentro. Mantén tus dedos doblados, pero “sin hacer puños”. Esto te permitirá sujetar, golpear con la palma, con el codo o con el puño.
Mantén tu distancia. La mejor manera de evitar una agresión con cuchillo es manteniendo tu distancia. Con una distancia adecuada, dar un golpe bajo a la rodilla, ingle o estómago es una forma muy efectiva de contraatacar y reducir el riesgo.
- Para contrarrestar un ataque al nivel del vientre o pecho, desvía el arma de la línea de simetría del rival; esto te ayudará a exponer su espalda. Ahora que puedes agarrar mejor su brazo, quítale el arma mientras le agarras el cuello con tu otra mano. Una vez que le hayas quitado el arma, debes retroceder para prevenir que tu oponente se lance contra ti. Patea la parte de atrás de sus rodillas, pisa sus tobillos y patea sus talones para que tu oponente se caiga. Alternativamente, también puedes hacerle una llave al cuello.
- Una técnica más avanzada para el escenario anterior es el siguiente: Después de desviar el arma, desliza tu mano hacia debajo de su antebrazo y rápidamente agarra su muñeca. Si pones tu dedo pulgar en la parte interna de su muñeca y los otros cuatro dedos sobre su mano, podrás doblar hacia adentro su muñeca, aplicando presión al tríceps justo arriba de su codo. En este momento, deberías estar parado detrás de tu oponente. Estos movimientos pondrán rígido su brazo y doblarán su muñeca. Coloca su muñeca debajo de tu cadera, da un paso delante de manera que tu pie esté más adelante que el de él y luego haz presión en sus tríceps sujetando su brazo contra tu muñeca. Tu oponente caerá y tendrás dos opciones. Puedes quitarle su cuchillo alzando su brazo y empujando la cuchilla con la palma de tu mano hacia el punto en el que sus dedos tocan su palma. O la alternativa más segura; tirar a tu oponente al suelo y ubicarte sobre él de costado con ambas piernas sobre su torso, de manera que el brazo de tu oponente esté atrapado entre tus piernas. Coloca su hombro al fémur más cerca de su cabeza, cerca de tu cadera; mientras acomodas tu torso y haces presión hacia abajo, dóblale el codo.
- En caso de un ataque bajo a la ingle o a las piernas, pon tu codo no dominante (izquierdo si eres diestro o derecho si eres zurdo) a un ángulo ligeramente obtuso, más de 90 grados. Usa tu antebrazo externo para bloquear el golpe. Acércate a tu oponente. Al mismo tiempo, debes hacer los siguientes movimientos “de manera simultánea”. Coloca tu brazo sobre la mano que sostiene el arma, de manera que su codo esté en tu axila y toma medidas drásticas para evitar que te ataque los riñones. Al mismo tiempo, golpea su barbilla con el codo de tu brazo libre. Luego de esto, tómalo de la coronilla y jálale el cabello. En la posición paralela que se encuentran (no dejes que tu oponente de un paso, ya que podrías caerte fácilmente hacia la derecha o izquierda), comienza a dar rodillazos. Ten como objetivo la ingle, la vejiga y el hígado.
- En caso de un ataque hacia abajo con un cuchillo (también llamado “puñalada de Drácula”), bloquea el ataque de una manera similar al punto anterior, pero (obviamente) tu brazo debe estar por encima de tu cara; el procedimiento es muy simple y muy eficaz. Cuando su antebrazo haga contacto con el tuyo, debes sujetar rápidamente su muñeca. Luego, tan rápido como sea posible, sostén su brazo con tu otro brazo, de tal manera que tu codo sujete su antebrazo. Luego, agarra su muñeca y lo bloquearás de manera efectiva. Camina hacia tu oponente y usa tu espalda y torso para doblar hacia atrás su brazo. Si avanzas un paso con fuerza, podrás hacerlo caer.
Advertencia: No siempre vas a poder desarmar a alguien con un cuchillo, no importa cuán bueno seas; siempre habrá el riesgo que te apuñalen. Si te apuñalan, haz todo lo posible para no sacar el cuchillo. Sólo porque te apuñalaron no significa que morirás en ese instante.
6.3. Neutralización
Es una acción defensiva que busca controlar, incapacitar o reducir la amenaza de una persona que representa un peligro inmediato. Este proceso implica una combinación de habilidades físicas, tácticas y psicológicas para garantizar la seguridad del defensor y de quienes lo rodean. Es crucial que la neutralización se realice de manera proporcional al nivel de amenaza y con responsabilidad ética y legal.
Objetivos Principales
- Incapacitar temporalmente al agresor: Reducir su capacidad para continuar atacando.
- Garantizar la seguridad personal: Proteger al defensor y a terceros en el entorno.
- Facilitar la huida o el control del agresor: Neutralizar la amenaza para escapar o inmovilizarlo según sea necesario.
Fases de la Neutralización
- Evaluación Inicial
- Consciencia situacional: Analiza el entorno, identifica posibles salidas y evalúa la actitud y armas del agresor.
- Determinación del nivel de amenaza: Valora si el agresor está armado, si hay más de un atacante y el riesgo para terceros.
- Opciones disponibles: Decide si escapar es posible antes de involucrarte físicamente.
- Desestabilización del Agresor
- Elementos sorpresa: Usar distracciones o movimientos inesperados para ganar ventaja.
- Ataque a puntos vulnerables: Atacar áreas clave como ojos, nariz, garganta, plexo solar, rodillas o ingle, para causar dolor o desorientación.
- Desviar ataques: Usar bloqueos, esquivas o redirecciones para evitar el daño inicial y preparar una respuesta efectiva.
- Control y Neutralización
- Inmovilización: Aplicar técnicas de control articular o llaves para restringir los movimientos del agresor.
- Proyecciones o derribos: Llevar al agresor al suelo para reducir su capacidad ofensiva.
- Uso de fuerza proporcional: Asegúrate de que las acciones sean necesarias y no excedan lo que requiere la situación.
- Finalización
- Escapar o solicitar ayuda: Una vez neutralizado el agresor, busca una salida segura o llama a las autoridades.
- Asegurar el entorno: Si es necesario, mantén al agresor controlado hasta que llegue la ayuda.
- Evaluar posibles lesiones: Revisa cualquier herida propia o de terceros y busca asistencia médica si es necesario.
La neutralización de un agresor requiere preparación física, mental y táctica. Es una habilidad que puede salvar vidas, pero debe usarse con responsabilidad y solo cuando sea estrictamente necesario.
6.4. Inmovilización
Es una técnica utilizada para controlar a una persona agresiva, limitando sus movimientos y reduciendo su capacidad de causar daño. Este enfoque es común en defensa personal, fuerzas del orden, y artes marciales, y se basa en principios de biomecánica, palancas articulares y control físico.
Objetivos de la Inmovilización
- Neutralizar la amenaza: Reducir la capacidad del agresor de atacar.
- Controlar de manera segura: Minimizar el daño tanto para el agresor como para el defensor.
- Permitir la contención o la huida: Facilitar la llegada de ayuda o escapar del entorno peligroso.
Principios Básicos de la Inmovilización
- Uso del peso corporal: Aprovechar la gravedad y el peso propio para ejercer control en lugar de depender únicamente de la fuerza muscular.
- Puntos de palanca: Aplicar presión en articulaciones como codos, hombros o rodillas para restringir el movimiento.
- Dominio de la posición: Asegurar que el agresor no pueda moverse hacia posiciones ventajosas.
- Mantener el equilibrio: Evitar que el agresor pueda derribar al defensor.
Errores Comunes
- Aplicar demasiada fuerza: Puede causar lesiones graves y complicaciones legales.
- Descuidar la posición: No asegurar correctamente al agresor puede permitirle escapar o contraatacar.
- Falta de preparación: Improvisar sin entrenamiento adecuado puede resultar peligroso.
La inmovilización de un agresor es una habilidad poderosa cuando se utiliza correctamente. Es crucial entrenar y actuar con responsabilidad, priorizando siempre la seguridad personal y de terceros.
6.5. Conducción
Es una técnica utilizada para trasladar a una persona que ha sido previamente neutralizada e inmovilizada hacia un lugar seguro o para entregarla a las autoridades. Este proceso requiere habilidades específicas para mantener el control sobre el agresor y garantizar la seguridad del defensor y de terceros en el entorno.
Objetivos de la Conducción
- Mantener el control del agresor: Evitar que recupere su capacidad ofensiva.
- Minimizar riesgos: Proteger al defensor y a las personas cercanas.
- Desplazamiento seguro: Llevar al agresor a un lugar determinado sin permitirle escapar o causar más daño.
Principios Básicos
- Control continuo: Mantener el dominio sobre las extremidades o el centro de gravedad del agresor.
- Uso de puntos de sujeción estratégicos: Asegurar partes del cuerpo como brazos, muñecas o cuello para limitar su movilidad.
- Postura del defensor: Mantener un equilibrio sólido y una posición que permita reaccionar rápidamente ante cualquier intento de resistencia.
- Vigilancia del entorno: Identificar posibles riesgos, aliados del agresor o vías de escape.
Conducir a un agresor controlado requiere una combinación de habilidades técnicas, capacidad de análisis y control emocional. Estas herramientas permiten manejar situaciones de manera efectiva mientras se protege la integridad del defensor y del agresor.
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