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Primeros Auxilios

FORMACIÓN INICIAL PARA POLICÍA PREVENTIVO

PRIMEROS AUXILIOS

1. Historia y fundamentos legales de los primeros auxilios

La primera reanimación exitosa que está documentada remonta a 896 a.C. y la técnica del boca a boca se describe en los jeroglíficos mayas. Dando un gran salto en el tiempo, hace 150 años, en un campo de batalla del norte de Italia nació una idea que desde entonces cambió el mundo.

El 24 de junio de 1859, Henry Dunant, un joven hombre de negocios de Ginebra, Suiza, presenció horrorizado el sufrimiento y la agonía tras la batalla de Solferino. Entonces, organizó a los vecinos del pueblo para tratar y atender a todos los soldados heridos independientemente del bando en el que combatían.

Ese acto de Dunant en Solferino inspiró la idea de crear organizaciones de socorro, nacionales y voluntarias, para ayudar a atender a los soldados heridos en los campos de batalla y cuatro años después, se fundó una organización que llegaría a ser la red voluntaria y humanitaria más grande del mundo: el Movimiento Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Los primeros auxilios pasaron a ser uno de los servicios principales que el personal y los voluntarios de la Cruz Roja y la Media Luna Roja prestan a quienes lo necesitan en todas partes del mundo, contribuyendo a salvar millones de vida. La ayuda humanitaria es hoy tan necesaria como en 1859 y no se limita a escenarios de guerra.

Según Stefan Seebacher, Jefe del Departamento de Salud de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), millones de personas resultan heridas o fallecen debido a intervenciones inadecuadas o por falta de una asistencia oportuna.

Intervenir de inmediato y aplicar las técnicas apropiadas, mientras llega la ayuda profesional, puede reducir considerablemente heridas y muertes, así como su impacto en situaciones de desastre y emergencias cotidianas.

 “A pesar de los beneficios evidentes de aprender primeros auxilios, las personas no actúan en emergencias por muchos motivos, entre ellos, la responsabilidad, la falta de conocimientos sobre lo que hay que hacer o a causa del efecto espectador, es decir, dar por sentado que alguna otra persona sabe qué hacer”, señala Pascal Cassan, Jefe del Centro Mundial de Referencia en Primeros Auxilios de la FICR.

En el Reino Unido se diseñó una campaña destinada a construir la confianza y la capacidad de actuar de adolescentes de 11 a 16 años. En Belice, se impartió a escolares formación básica en primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar y lo que hay que hacer en caso de shock. Tal vez el shock sea la situación de emergencia donde los segundos cuentan verdaderamente, pues la obstrucción de las vías respiratorias puede causar daño cerebral tan solo en 90 segundos, pero, aunque parezca mentira, pocos saben qué hacer y los niños pequeños están particularmente expuestos a ese riesgo.

“Los gobiernos deben adoptar un método más dinámico para promover la formación y educación obligatorias en primeros auxilios. Políticas para que dicha educación sea obligatoria en escuelas y lugares de trabajo, así como para sacar el permiso de conducir pueden contribuir a aportar una diferencia, pero es preciso hacer más para llegar a los grupos vulnerables”, añade el Sr. Cassan.

Otro motivo de que no se imparta formación en primeros auxilios a todo el mundo reside en no tener acceso a los recursos adecuados. Muchas personas, sobre todo aquellas que viven en zonas desgarradas por la guerra o afectadas por desastres, rara vez tienen la posibilidad de que se les imparta esa formación.

“Es preciso paliar la falta de instrucción en primeros auxilios en muchas comunidades vulnerables donde nociones elementales sobre cómo tratar una herida, o en el peor de los casos, mantener a alguien con vida”, podrían tener un verdadero impacto”, concluye el Sr. Pascal.

Las heridas y los problemas que puede encontrar un socorrista no han variado mucho en estos 150 años, pero los métodos y técnicas que se pueden utilizar para salvar vidas sí lo hicieron, por lo cual, los cursos de actualización a intervalos regulares son vitales.

Cuando sobreviene un desastre, los voluntarios basados en la comunidad y capacitados en primeros auxilios suelen ser los primeros en responder, pues están en el terreno y dispuestos a ayudar a quienes lo necesitan; eso construye comunidades más fuertes y capaces de intervenir en primera instancia.

Y es entonces cuando los primeros auxilios dejan de ser una simple competencia para contribuir a la construcción de la resiliencia comunitaria a largo plazo cuyo núcleo son los valores humanitarios.

1.1. Definición de primeros auxilios

La atención prehospitalaria es la forma más eficiente que se conoce para la atención inicial de una víctima en situación de emergencia y con riesgo de vida o sufrimiento. El primer eslabón de la cadena de atención es constituido por el propio paciente, sus acompañantes o los testigos, quienes activan el servicio médico de urgencias y con recursos mínimos le pueden brindar cuidados prioritarios hasta la llegada de una ambulancia con tripulantes competentes y equipados que pueden limitar el daño a la salud, estabilizar en lo posible las condiciones del paciente y transportarlo de forma segura a un hospital preparado, bajo la tutela de un Centro Regulador de Urgencias.

Los primeros auxilios son los cuidados o la ayuda inmediata, temporal y necesaria que se le da a una persona que ha sufrido un accidente, enfermedad o agudización de esta hasta la llegada de un médico o profesional paramédico que se encargará, solo en caso necesario, del trasladado a un hospital tratando de mejorar o mantener las condiciones en las que se encuentra. De igual manera, podemos definirlo como aquellas medidas inmediatas que se toman en una persona lesionada, inconsciente o súbitamente enferma, en el sitio donde ha ocurrido el incidente (escena) y hasta la llegada de la asistencia sanitaria (servicio de emergencia). Estas medidas que se toman en los primeros momentos son decisivas para la evolución de la víctima (recuperación). El auxiliador, antes de prestar ayuda (socorrer, auxiliar), debe siempre procurar el auto cuidado (no exponerse a peligros asegurando su propia integridad). Solo cuando su salud no corre riesgos podrá entonces asistir a la víctima.

1.2. Marco jurídico de los primeros auxilios

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Art. 1…Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Artículo 4…Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución.

Artículo 21…La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, de conformidad con lo previsto en esta Constitución y las leyes en la materia. La seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución.

Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública

Artículo 40…Con el objeto de garantizar el cumplimiento de los principios constitucionales de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos, los integrantes de las Instituciones de Seguridad Pública se sujetarán a las siguientes obligaciones:

III. Prestar auxilio a las personas amenazadas por algún peligro o que hayan sido víctimas u ofendidos de algún delito, así como brindar protección a sus bienes y derechos. Su actuación será congruente, oportuna y proporcional al hecho.

Ley General de Protección Civil

Art. 14…En una situación de emergencia, el auxilio a la población debe constituirse en una función prioritaria de la protección civil, por lo que las instancias de coordinación deberán actuar en forma conjunta y ordenada, en los términos de esta Ley y de las demás disposiciones aplicables.

Con la finalidad de iniciar las actividades de auxilio en caso de emergencia, la primera autoridad que tome conocimiento de ésta, deberá proceder a la inmediata prestación de ayuda e informar tan pronto como sea posible a las instancias especializadas de protección civil.

Declaración Universal de los Derechos Humanos

Artículo 1…Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley

Artículo 6…Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley asegurarán la plena protección de la salud de las personas bajo su custodia y, en particular, tomarán medidas inmediatas para proporcionar atención médica cuando se precise.

a) La “atención médica”, que se refiere a los servicios que presta cualquier tipo de personal médico, incluidos los médicos en ejercicio inscritos en el colegio respectivo y el personal paramédico, se proporcionará cuando se necesite o solicite.

b) Si bien es probable que el personal médico esté adscrito a los órganos de cumplimiento de la ley, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben tener en cuenta la opinión de ese personal cuando recomiende que sedé a la persona en custodia el tratamiento apropiado por medio de personal médico no adscrito a los órganos de cumplimiento de la ley o en consulta con él.

c) Se entiende que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley proporcionarán también atención médica a las víctimas de una violación de la ley o de un accidente ocurrido en el curso de una violación de la ley.

Ley General de Salud

Artículo 2…El derecho a la protección de la salud, tiene las siguientes finalidades:

I. El bienestar físico y mental del hombre para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades;

II. La prolongación y el mejoramiento de la calidad de la vida humana;

III. La protección y el acrecentamiento de los valores que coadyuven a la creación, conservación y disfrute de condiciones de salud que contribuyan al desarrollo social;

IV. La extensión de actitudes solidarias y responsables de la población en la preservación, conservación, mejoramiento y restauración de la salud;

V. El disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan eficaz y oportunamente las necesidades de la población;

VI. El conocimiento para el adecuado aprovechamiento y utilización de los servicios de salud, y

VII. El desarrollo de la enseñanza y la investigación científica y tecnológica para la salud.

Código Penal Federal

Artículo 340…Al que encuentre abandonado en cualquier sitio a un menor incapaz de cuidarse a sí mismo o a una persona herida, inválida o amenazada de un peligro cualquiera, se le impondrán de diez a sesenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad si no diere aviso inmediato a la autoridad u omitiera prestarles el auxilio necesario cuando pudiere hacerlo sin riesgo personal.

Artículo 341…Al que, habiendo atropellado a una persona, culposa o fortuitamente, no le preste auxilio o no solicite la asistencia que requiere, pudiendo hacerlo se le impondrá de quince a sesenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, independientemente de la pena que proceda por el delito que con el atropellamiento se cometa.

Código Nacional de Procedimientos Penales

Artículo 132…Obligaciones del Policía.

XII. Proporcionar atención a víctimas u ofendidos o testigos del delito. Para tal efecto, deberá:

a) Prestar protección y auxilio inmediato, de conformidad con las disposiciones aplicables;

b) Informar a la víctima u ofendido sobre los derechos que en su favor se establecen;

c) Procurar que reciban atención médica y psicológica cuando sea necesaria, y

d) Adoptar las medidas que se consideren necesarias, en el ámbito de su competencia, tendientes a evitar que se ponga en peligro su integridad física y psicológica;”

1.3. Principios básicos de los primeros auxilios

Existen tres principios básicos que deben tenerse en cuenta siempre que se vaya a prestar ayuda a una persona, pero son especialmente importantes cuando se trata de ayudar a las víctimas de un accidente. Estos principios son por orden de prioridad: Proteger, Alertar y Socorrer (P.A.S.)

1º Proteger.

Antes de prestar cualquier atención es necesario valorar si la escena donde está ocurriendo el incidente es segura. Se trata de “protegerse y proteger a la víctima”. El objetivo es evitar que la persona que va a prestar auxilio se dañe y que no se agraven las lesiones de la víctima. En los accidentes, especialmente en los accidentes de tráfico se deben tener en cuenta las siguientes precauciones:

  • Estacionar el vehículo fuera de la calzada en un lugar seguro.
  • Mantener encendida la señalización de emergencia.
  • Antes de bajar del coche debe colocarse el chaleco reflectante y cerciorarse de que bajar del vehículo es seguro.
  • Colocar, antes y después del accidente, los triángulos de emergencia una distancia aproximada de 150 metros.
  • Desconectar el contacto de los vehículos accidentados y asegurarlos echando el freno de mano.
  • Si existe derrame de aceite o gasolina, señalizarlo y pedir a alguien que eche tierra o arena por encima.
  • No fumar en las proximidades.
  • Si es de noche, iluminar la zona con linternas o con los faros y pedir a otros conductores que hagan lo mismo.
  • En caso de niebla extremar las medidas de señalización e iluminación del accidente.
  • Si existe fuego, y no han llegado los bomberos, intentar apagar el incendio con el extintor en polvo.
  • Salvo que la víctima esté en peligro no debe ser movilizada de la posición en la que es encontrada.

2º. Alertar.

Una vez que se ha determinado que el lugar es seguro se debe alertar a los servicios de emergencias. En todo México funciona un número de teléfono que sirve para alertar a todos los servicios de emergencia que deben intervenir en la resolución de un incidente. Ese número de teléfono es el 911. Cuando un ciudadano llama al teléfono 112 debe saber que se le va a solicitar una información que resulta imprescindible para:

  • Localizar en lugar donde está ocurriendo la urgencia.
  • Conocer qué tipo de urgencia se está produciendo. Si no se conoce este dato no se puede saber si además de la presencia de los servicios sanitarios, se precisan otros servicios de emergencias como son bomberos o policía.
  • Informar si existen riesgos reales o potenciales: presencia de vertidos de aceite, combustible, o tóxicos, incendio, amenaza de derrumbe, riesgos de explosión, etc.
  • Número de víctimas y estado de las mismas. Este dato es necesario para saber cuántas ambulancias deben enviarse y el tipo de ambulancia. Además, servirá para que el personal sanitario que le atiende al otro lado del teléfono proporcione los consejos sobre los primeros auxilios que debe proporcionar a la víctima.
  • Se le solicitará que mantenga la línea telefónica libre para poder contactar de nuevo y conocer como continua el estado de la víctima.

3º. Socorrer.

Esta es la finalidad principal de los primeros auxilios, pero para hacerlo correctamente previamente hace falta realizar la evaluación del herido.

  • Hay que hacer un recuento de víctimas, teniendo en cuenta que han podido salir despedidos o pueden estar atrapados en algún lugar no visible. Se debe preguntar a los ocupantes cuantos viajaban en el coche y revisar los alrededores.
  • Evitar atender primero a la persona que más grite o que tenga peor aspecto, no necesariamente será la víctima más grave.
  • Limpiar la boca del accidentado y liberarle de la ropa que pueda oprimirle.
  • Hay que observar si el herido está consciente y si respira con normalidad. Si no es así se le debe movilizar, lo menos bruscamente posible, para iniciar las maniobras de resucitación.
  • Hay que comprobar si sangra por alguna herida. Si el herido presenta una hemorragia se colocará un paño (u otra prenda) lo más limpio se presionará directamente sobre el punto sangrante durante al menos 10 minutos. Si se empapa el paño no se debe levantar sino colocar otro encima.
  • No se moverá a los accidentados a menos que corra peligro su vida.
  • Mantener al herido caliente.
  • Tranquilizar a la víctima.
  • No dejar solo al accidentado. La situación del mismo puede empeorar en poco tiempo. Si esto ocurre es necesario ponerse en contacto de nuevo con el servicio de emergencias sanitarias.

2. Evaluación de la escena

La prioridad inicial es la evaluación de la escena, que implica establecer la seguridad para el respondiente y los demás en el área, considerando con atención la naturaleza exacta de la situación. Los aspectos identificados deben considerarse antes de comenzar la evaluación de los pacientes, si usted identifica un riesgo con el que no sea capaz de contender, limítese a Activar el Servicio Médico de Urgencias.

La evaluación de la escena se lleva a cabo con una vista panorámica total del lugar de abajo hacia arriba, de izquierda a derecha y de adelante a atrás.  Se observa qué puede haber tirado o colgado, si hay líquidos con los que se pueda resbalar, cables, vidrios, animales, etc., oír el paso de vehículos, voces de alarma, detonaciones, etc., oler si hay gas, gasolina, fertilizantes, y demás sustancias potencialmente nocivas. En general aplicar todos los sentidos en búsqueda de peligros potenciales para la respondientes o rescatador. ¿Qué pasó?, ¿Cómo pasó? y ¿Qué puede pasar?

Antes de ingresar al lugar donde se produjo el accidente, los primeros respondientes calificados deben saber evaluar los riesgos y tomar las debidas precauciones para controlarlos. Inmediatamente después de la llegada del primer respondiente comienza el proceso de recabar información sobre el terreno mediante la evaluación de la escena, la observación de la familia y de los testigos y la obtención de una impresión general.

Las apariencias de la escena crean una impresión que influye en toda la evaluación; éstas se obtienen observando, escuchando y catalogando la mayor cantidad de información posible del ambiente.

La escena proporciona información sobre los mecanismos de lesión, la situación previa al episodio y el grado general de seguridad.

La evaluación del escenario se efectúa mediante la estimación de las SES: Seguridad, Escena y Situación.

Seguridad. Para evaluar todos los posibles factores que ponen en peligro la vida del rescatador y del paciente.

La consideración principal al aproximarse a una escena es la seguridad. No debe intentar acercarse a un escenario de riesgo a menos que esté entrenado para hacerlo; no debe convertirse en una víctima más. Si la escena es insegura o hay escape de cloro, gas o cualquier sustancia peligrosa, debe mantenerse a distancia hasta que el personal capacitado haya mejorado la seguridad; de lo contrario, sin importar que existan pacientes en la escena, no deberá intervenir.

La seguridad del paciente tiene también una importancia fundamental; en una situación de peligro debe trasladarlo a una zona segura antes de comenzar la evaluación y el tratamiento, siempre y cuando no ponga en peligro su propia vida.

Las amenazas para la seguridad son, entre otras: tránsito vehicular, fuego, cables con corriente eléctrica viva, explosivos, materiales, peligrosos, corrientes de agua, armas, o circunstancias ambientales como lluvia, nieve y temperaturas extremas. Debe determinar si los miembros de la familia del paciente u otros espectadores presentes en la escena corren peligro o pueden haber sido los causantes de la lesión y aún representan posibles riesgos para él o para el primer respondiente.

Escena. Evaluar y conocer el número de vehículos Involucrados, estimar las fuerzas participantes y determinar el tipo y grado de daño de cada vehículo. 

Situación. Se debe apreciar y preguntar: ¿Qué ocurrió realmente? ¿Cuál es el mecanismo de lesión y las fuerzas y energías que han provocado lesiones?

¿Cuántas personas están involucradas y de qué edad? ¿Qué tipo de recursos son necesarios?

¿Existió un problema de salud como causante del traumatismo (por ejemplo, desmayo, convulsiones, ataque cardíaco)?

Esto se puede poner en claro en tres etapas:

  1. Cuál es la situación: en esta etapa se identifica exactamente qué está sucediendo y cuáles son los detalles que presenta el escenario. Es probable que un primer respondiente con poca experiencia centre su acción en las víctimas y descuide la apreciación adecuada del entorno, lo que suele conocerse como “visión de túnel”.
  2. Cómo puede evolucionar la situación: aquí se busca prever las posibilidades de evolución de la situación. Un análisis inadecuado en el punto anterior puede inducir a un error fatal.
  3. Qué recursos se deben organizar o solicitar: este análisis permite completar una primera etapa fundamental antes de iniciar el tratamiento de las víctimas.

El mecanismo de lesión puede incluso ser un elemento que modifique lo que aquí denominaremos índice de sospecha; de esta manera asumiremos que las siguientes condiciones implican una mayor probabilidad de encontrarnos con un paciente en estado crítico:

  • Caídas de más de tres veces la estatura del paciente;
  • Expulsión desde un vehículo;
  • Fallecimiento de una persona en un vehículo con varios tripulantes;
  • Electrocuciones;
  • Atropellamiento con vehículos de motor.

Naturalmente, la rapidez y precisión con que algunos profesionales realizan los tres pasos mencionados son fruto de su capacitación, su experiencia y la evaluación constante de los resultados que obtuvieron en los accidentes que atendieron en el pasado.

Los servicios profesionales recomiendan a su personal que no trate de actuar en un accidente en que estén presentes productos peligrosos, a no ser que cuente con calificación para hacerlo y disponga del equipo adecuado y el personal suficiente para garantizar la seguridad del escenario.

Precauciones universales

Otro ámbito de la seguridad es la protección frente a enfermedades contagiosas. Es necesario tomar precauciones para evitar el contacto directo con las sustancias corporales del paciente, como la sangre, la saliva, el vómito, la orina o las heces. Como auxiliares para la salvaguardia suelen utilizarse algunos artículos; entre ellos, guantes, batas, cubrebocas, máscaras de protección, lentes transparentes, etc.

Para la atención rutinaria que lleva a cabo el personal de atención prehospitalaria son indispensables los guantes y los lentes.

Se debe ser muy cuidadoso al manipular elementos cortantes como las agujas o cuchillos contaminados con sangre u otros líquidos corporales.

Ciertos objetos como las agujas y lancetas deben ser colocados en un recipiente de plástico rígido de color rojo, etiquetado ex profeso, que permita la entrada, pero no la salida del material.

Deben ser tomadas en cuenta las enfermedades trasmisibles más comunes y el riesgo de transferencia, por lo que resulta indispensable que la población en riesgo cumpla con un esquema de vacunación.

Incidentes con materiales peligrosos

Las emergencias relacionadas con materiales peligrosos suelen ser atendidas por organismos específicos preparados para ese fin o por las empresas que elaboran, almacenan y transportan estos productos.

Sin embargo, el equipo de socorro de un servicio de emergencias puede enfrentar en su trabajo cotidiano accidentes en los que estos artículos estén involucrados, lo que demuestra la necesidad de que adquiera cierta preparación en los procesos de capacitación para el empleo de equipos que optimicen su actuación.

Para este fin, los servicios de emergencia deben desarrollar programas tendientes a capacitar a los profesionales en general, ya que ellos pueden ser los primeros en llegar a un área de emergencia. Los programas más minuciosos y los equipos específicos se reservarán para ciertos grupos seleccionados que actuarán como especialistas.

Si usted va a adquirir la formación de primer respondiente, es factible que deba atender incidentes en donde haya materiales peligrosos de ahí que le sugiramos enfáticamente que asista a un curso, al menos para el “reconocimiento” de materiales peligrosos; en cualquier caso, si sospecha que se está enfrentando a un evento de esta naturaleza:

  • Manténgase alejado, a favor del viento;
  • Active los servicios de urgencias;
  • Pida a quienes ahí se encuentren que se alejen de la zona de riesgo.

Lo anterior le mantendrá a usted a salvo de la contaminación, abreviará los tiempos de atención de los profesionales y disipará la contaminación de los pacientes en alrededor de 85 por ciento. En cualquier escenario recuerde: ¡Evite ser usted la siguiente víctima!

Activación del servicio médico de emergencias

En cualquiera de los escenarios que se atiendan como primer respondiente, debe asegurarse de activar el Servicio Médico de Urgencias, aun en el caso extremo de que sea lo único que pueda hacer por el paciente, este paso asegurará la continuidad de la atención, de omitirlo, el primer respondiente podrá esforzarse en brindar un sinnúmero de cuidados, pero el tiempo y el daño seguirán su curso.

Pasos para la activación del servicio médico de urgencias.

  • Marque el 911;
  • Identifíquese y de ser posible indique el número de teléfono de donde llama;
  • Indique si se trata de una urgencia o un traslado;
  • Indique con la mayor precisión posible la localización del incidente;
  • Precise si se requieren servicios de urgencia de tipo no médico;
  • Relate la naturaleza del incidente;
  • De ser posible estime el número de personas lesionadas;
  • Si se encuentra en capacidad para hacerlo precise las lesiones, antecedentes, hallazgos y tratamiento de los afectados;
  • Siga las instrucciones del médico o técnico regulador
  • ¡Sea siempre el último en colgar!

3. Evaluación primaria

3.1. Frecuencia respiratoria

La respiración es el intercambio gaseoso entre el organismo y la atmósfera, consta de dos fases: la inspiración y la espiración.

Durante la inspiración se introduce el oxígeno a los pulmones proveniente de la atmósfera y en la espiración se elimina bióxido de carbono. En la respiración además de los órganos del aparato respiratorio, intervienen la contracción de los músculos del tórax y los movimientos de las costillas. Por eso en caso de lesiones a este nivel, es indispensable el control de este signo vital.

Cifras normales de la respiración

Hay factores que hacen variar el número de respiraciones, entre ellas:

  • El ejercicio; la actividad muscular produce un aumento temporal de la frecuencia respiratoria.
  • El sexo; en la mujer la respiración tiende a ser más rápida que en el hombre;
  • La hemorragia; aumenta la respiración;
  • La edad; a medida que se desarrolla la persona la frecuencia respiratoria tiende a disminuir.

Cifras normales son:

Niños de meses: 30 a 40 respiraciones por minuto.

Niños hasta seis años: 26 a 30 respiraciones por minuto.

Adultos: 16 a 20 respiraciones por minuto.

Ancianos: menos de 16 respiraciones por minuto.

Procedimiento para controlar la respiración

Para controlar la respiración, usted como auxiliador, debe contar los movimientos respiratorios, tomando la inspiración y la espiración como una sola respiración.

  • Coloque el lesionado en posición cómoda (acostada) en caso de vomito con la cabeza hacia un lado.
  • Afloje las prendas de vestir.
  • Inicie el control de la respiración observando el tórax y el abdomen, de preferencia después de haber tomado el pulso, para que el lesionado no se dé cuenta y evitar así que cambie el ritmo de la respiración.
  • Cuente las respiraciones por minuto utilizando un reloj con segundero.
  • Anote la cifra para verificar los cambios y dar estos datos cuando lleve el lesionado al centro asistencial.

La frecuencia respiratoria es el número de veces que una persona respira por minuto. Se suele medir cuando la persona está en reposo, y consiste simplemente en contar el número de respiraciones durante un minuto contando las veces que se eleva su pecho. La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre, las enfermedades y otras condiciones médicas. Cuando se miden las respiraciones, es importante tener en cuenta también si la persona tiene dificultades para respirar. La frecuencia respiratoria normal de un adulto que esté en reposo oscila entre 15 y 20 respiraciones por minuto. Cuando la frecuencia es mayor de 25 respiraciones por minuto o menor de 12 (en reposo) se podría considerar anormal.

3.2. Pulso

El ritmo del pulso es la medida de la frecuencia cardiaca, es decir, del número de veces que el corazón late por minuto. Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, éstas se expanden y se contraen con el flujo de la sangre. Al tomar el pulso no sólo se mide la frecuencia cardiaca, sino que también puede indicar:

  • El ritmo del corazón.
  • La fuerza de los latidos.

El pulso normal de los adultos sanos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. El pulso podría fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y las emociones. Las niñas a partir de los 12 años y las mujeres en general suelen tener el pulso más rápido que los niños y los hombres. Los deportistas, como los corredores, que hacen mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener ritmos cardiacos de hasta 40 latidos por minuto sin tener ningún problema.

Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, los latidos presionando con firmeza en las arterias, que están localizadas cerca de la superficie de la piel en ciertos lugares del cuerpo. El pulso se puede encontrar en el lateral de la parte baja del cuello, en la parte interior del codo o en la muñeca. Cuando se tome el pulso:

  • Utilizando las yemas de los dedos índice y corazón, presione suavemente, pero con firmeza sobre las arterias hasta que note el pulso.
  • Empiece a contar las pulsaciones cuando el segundero del reloj marque las 12.
  • Cuente su pulso durante 60 segundos (o durante 15 segundos y después multiplíquelo por cuatro para calcular los latidos por minuto).
  • Mientras esté contando, no mire al reloj continuamente, más bien concéntrese en las pulsaciones.
  • Si no está seguro de los resultados, pídale a otra persona que cuente por usted.

Si el médico le ha ordenado que se controle el pulso y le resulta difícil encontrarlo, consulte con el médico o enfermera para que le dé más instrucciones.

De igual manera, podemos definirla como la expansión rítmica de una arteria, producida por el paso de la sangre bombeada por el corazón. El pulso se controla para determinar el funcionamiento del corazón. El pulso sufre modificaciones cuando el volumen de sangre bombeada por el corazón disminuye o cuando hay cambios en la elasticidad de las arterias; tomar el pulso es un método rápido y sencillo para valorar el estado de un lesionado.

Cifras normales del pulso

El pulso normal varía de acuerdo a diferentes factores; siendo el más importante la edad.

Niños de meses: 130 a 140 Pulsaciones por minuto.

Niños: 80 a 100 Pulsaciones por minuto

Adultos: 72 a 80 Pulsaciones por minuto

Ancianos: 60 o menos pulsaciones por minuto

Sitios para tomar el pulso

El pulso se puede tomar en cualquier arteria superficial que pueda comprimirse contra un hueso.

Primeros auxilios

  • En la sien (temporal).
  • En el cuello (carotídeo).
  • Parte interna del brazo (humeral).
  • En la muñeca (radial).
  • Parte interna del pliegue del codo (cubital).
  • En la ingle (femoral).
  • En el dorso del pie (pedio).
  • En la tetilla izquierda de bebes (pulso apical)

En primeros auxilios en los sitios que se toma con mayor frecuencia es el radial y el carotídeo.

Recomendaciones para tomar el pulso

Primeros auxilios

  • Palpe la arteria con sus dedos índice, medio y anular. No palpe con su dedo pulgar, porque el pulso de este dedo es más perceptible y confunde el suyo.
  • No ejerza presión excesiva, porque no se percibe adecuadamente.
  • Controle el pulso en un minuto en un reloj de segundero.
  • Registre las cifras para verificar los cambios.

Manera de tomar el pulso carotídeo

En primeros auxilios se toma este pulso porque es el de más fácil localización y por ser el que pulsa con más intensidad.

La arteria carótida se encuentra en el cuello a lado y lado de la tráquea para localizarlo haga lo siguiente:

  • Localice la manzana de adán.
  • Deslice sus dedos hacia el lado de la tráquea.
  • Presione ligeramente para sentir el pulso.
  • Cuente el pulso por minuto.

Primeros auxilios

Manera de tomar el pulso radial

Este pulso es de mayor acceso, pero a veces en caso de accidente se hace imperceptible:

  • Palpe la arteria radial, que está localizada en la muñeca, inmediatamente arriba en la base del dedo pulgar.
  • Coloque sus dedos (Índice, medio y anular) haciendo ligera presión sobre la arteria.
  • Cuente el pulso en un minuto.

Primeros auxilios

Manera de tomar el pulso apical

Se denomina así el pulso que se toma directamente en la punta del corazón. Este tipo de pulso se toma en niños pequeños (bebés):

  • Coloque sus dedos sobre la tetilla izquierda.
  • Presione ligeramente para sentir el pulso.
  • Cuente el pulso en un minuto.

3.3. Reflejos pupilares

Normalmente las pupilas se contraen al estímulo de la luz. Si ambas pupilas están más grandes de lo normal (dilatadas), la lesión o enfermedad puede indicar shock, hemorragia severa, agotamiento por calor, o drogas tales como cocaína o anfetaminas. Si ambas pupilas están más pequeñas de lo normal (contraídas), la causa puede ser una insolación o el uso de drogas tales como narcóticos. Las pupilas no son de igual tamaño, sospeche de una herida en la cabeza o una parálisis.

Manera de tomar el reflejo pupilar

  • Si posee una linterna pequeña, alumbre con el haz de luz el ojo y observe como la pupila se contrae.
  • Si no posee el elemento productor de luz, abra intempestivamente el párpado superior y observe la misma reacción.
  • Si no hay contracción de una o de ninguna de las dos pupilas, sospeche daño neurológico grave.

4. Apoyo vital básico (R.C.P.)

4.1. Definición de R.C.P.

RCP corresponde a las siglas de reanimación cardiopulmonar. Es un procedimiento de salvamento que se realiza cuando la respiración o los latidos cardíacos de alguien han cesado. Esto puede suceder después de una descarga eléctrica, ahogamiento o un ataque cardíaco.

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica útil para salvar vidas en muchas emergencias, entre ellas, un ataque cardíaco o cuasiahogamiento, cuando se detienen la respiración o los latidos del corazón de una persona. La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda que todos, tanto los observadores sin capacitación como el personal médico, comiencen la reanimación cardiopulmonar con las compresiones de pecho.

Es mucho mejor hacer algo que no hacer nada en absoluto si temes que tus conocimientos o habilidades no están al 100 por ciento. Recuerda que la diferencia entre hacer algo y no hacer nada podría salvarle la vida a alguien.

A continuación, se presentan algunos consejos de la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón):

  • Falta de capacitación. Si no tienes capacitación en RCP, solo practica la reanimación cardiopulmonar con las manos. Esto significa hacer compresiones de pecho sin interrupción de 100 a 120 por minuto hasta que lleguen los socorristas (se describe en mayor detalle más adelante). No es necesario proporcionar respiración de rescate.
  • Con capacitación y preparación. Si tienes capacitación y confianza en tus habilidades, comprueba si la persona tiene pulso y respira. Si no respira o no tiene pulso en 10 segundos, comienza las compresiones de pecho. Comienza la reanimación cardiopulmonar con 30 compresiones de pecho antes de dar dos respiraciones de rescate.
  • Con capacitación, pero falta de práctica. Si anteriormente hiciste la capacitación en reanimación cardiopulmonar, pero no tienes confianza en tus habilidades, solo haz las compresiones de pecho a un ritmo de 100 a 120 por minuto. (Los detalles se describen más adelante).

Los consejos anteriores se aplican a adultos, niños y bebés que necesiten reanimación cardiopulmonar, pero no a los recién nacidos (bebés de hasta 4 semanas).

La reanimación cardiopulmonar (RCP) puede mantener el flujo de sangre oxigenada al cerebro y otros órganos vitales hasta que un tratamiento médico más definitivo pueda restablecer el ritmo cardíaco normal.

Cuando el corazón se detiene, la falta de sangre oxigenada puede causar daño cerebral en solo unos minutos. Una persona puede morir en 8 o 10 minutos.

Para aprender correctamente la reanimación cardiopulmonar, haz un curso de capacitación de primeros auxilios acreditado que incluya la reanimación cardiopulmonar (RCP) y cómo usar un desfibrilador externo automático. Si no recibiste capacitación, pero tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar. El operador podrá darte instrucciones sobre cómo hacer los procedimientos de manera adecuada hasta que llegue la ayuda.

Antes de comenzar

Antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP), comprueba lo siguiente:

  • ¿El ambiente es seguro para la persona?
  • ¿La persona está consciente o inconsciente?
  • Si la persona parece inconsciente, tócale o golpéale el hombro y pregúntale en voz alta si se encuentra bien.
  • Si la persona no responde y hay dos personas más, pídele a una que llame al 911 o al número local de emergencias y obtenga el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible, y pídele a la otra persona que comience la reanimación cardiopulmonar.
  • Si no hay nadie más y tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar. Busca un desfibrilador externo automático, si hay uno disponible.
  • Tan pronto como tengas el desfibrilador, aplica una descarga si así lo indica el dispositivo y luego comienza la reanimación cardiopulmonar.

4.2. Pasos para aplicar la R.C.P. en adultos, niños y bebés

Recuerda deletrear C-A-B

La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) usa las letras C-A-B —compressions, airway, breathing (compresiones torácicas, vías respiratorias, respiración)— para ayudar a las personas a recordar el orden en el que deben seguir los pasos de la reanimación cardiopulmonar (RCP).

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea

  1. Coloca a la persona boca arriba sobre una superficie firme.
  2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la persona.
  3. Coloca la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los pezones. Coloca la otra mano sobre la anterior. Mantén los codos derechos y posiciona los hombros directamente arriba de las manos.
  4. Usa el peso de la parte superior del cuerpo (no solo los brazos) para presionar (comprimir) el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
  5. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.

Vías respiratorias: abre las vías respiratorias

  • Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho 30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias de la persona mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la frente de la persona e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación, con la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las vías respiratorias.

Respiración: respira por la persona

La respiración de rescate puede ser boca a boca o de boca a nariz si la boca está gravemente lesionada o si no puede abrirse.

  1. Con las vías respiratorias abiertas (mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer respiración boca a boca y cubre la boca de la persona con la tuya, sellándola por completo.
  2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate —de un segundo de duración— y observa si se eleva el pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón, y luego proporciona la segunda respiración. Treinta compresiones torácicas seguidas de dos respiraciones de rescate se consideran un ciclo. Ten cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones y de no respirar con demasiada fuerza.
  3. Reanuda las compresiones torácicas para restablecer la circulación.
  4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue las indicaciones. Administra una descarga y, a continuación, reanuda la reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas) durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo. Si no hay ningún desfibrilador externo automático disponible, sigue el paso 5 que se explica a continuación.
  5. Continúa con la reanimación cardiopulmonar hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control.

Cómo hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) a un niño

El procedimiento para hacerle reanimación cardiopulmonar a un niño —desde el primer año de edad hasta la pubertad— es básicamente el mismo que para un adulto. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) recomienda lo siguiente para hacer reanimación cardiopulmonar a un niño:

Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea

Si estás solo y no viste cuando el niño perdió el conocimiento, comienza con cinco ciclos de compresión y respiración —esto debería tomarte unos dos minutos— antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y de buscar el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible.

Si estás solo y viste cómo el niño perdió el conocimiento, llama al 911 o al número local de emergencias y busca el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible; comienza la reanimación cardiopulmonar. Si hay otra persona disponible, pídele que llame para solicitar ayuda de inmediato y que traiga el desfibrilador externo automático mientras tú comienzas con la reanimación cardiopulmonar.

  1. Recuesta al niño boca arriba sobre una superficie firme.
  2. Arrodíllate junto al cuello y los hombros del niño.
  3. Usa ambas manos, o solo una si el niño es muy pequeño, para hacer las compresiones de pecho. Presiona (comprime) el pecho con fuerza unas 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm). Si es adolescente, presiona el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza, a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
  4. Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.

Vías respiratorias: abre las vías respiratorias

  • Si estás capacitado para hacer reanimación cardiopulmonar y has hecho 30 compresiones torácicas, abre las vías respiratorias del niño mediante la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón. Coloca la palma sobre la frente del niño e inclínale lentamente la cabeza hacia atrás. A continuación, con la otra mano, levántale lentamente el mentón hacia adelante para abrir las vías respiratorias.

Respiración: respira por el niño

Utiliza el mismo ritmo de compresión y respiración que se utiliza con un adulto: haz 30 compresiones seguidas de dos respiraciones. Esto comprende un ciclo.

  1. Con la vía respiratoria abierta (utilizando la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón), cierra las fosas nasales con los dedos para hacer respiración boca a boca y cubre la boca del niño con la tuya, sellándola por completo.
  2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Proporciona la primera respiración de rescate, que debe durar un segundo, y observa si se eleva el pecho. Si efectivamente se eleva, proporciona la segunda respiración. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón y luego proporciona la segunda respiración. Ten cuidado de no proporcionar demasiadas respiraciones y de no respirar con demasiada fuerza.
  3. Después de las dos respiraciones, comienza de inmediato el próximo ciclo de compresión y respiración. Si hay dos personas haciendo reanimación cardiopulmonar, haz 15 compresiones seguidas de dos respiraciones.
  4. Apenas haya un desfibrilador externo automático disponible, colócalo y sigue las indicaciones. Para niños de hasta 8 años, usa almohadillas pediátricas si están disponibles. Si las almohadillas pediátricas no están disponibles, usa almohadillas para adultos. Administra una descarga y, a continuación, reanuda la reanimación cardiopulmonar (comenzando con las compresiones torácicas) durante dos minutos más antes de administrar una segunda descarga. Si no estás capacitado para usar un desfibrilador externo automático, un operador del 911 u otro operador médico de urgencia pueden indicarte cómo usarlo.

Continúa hasta que el niño se mueva o llegue la ayuda.

Para administrar reanimación cardiopulmonar a un bebé de 4 semanas o más

La mayoría de los paros cardíacos en los bebés se producen por falta de oxígeno, por ejemplo, por ahogo o atragantamiento. Si sabes que el bebé tiene una obstrucción de las vías respiratorias, dale primeros auxilios para atragantamiento. Si no sabes por qué el bebé no respira, administra reanimación cardiopulmonar (RCP).

Para empezar, evalúa la situación. Toca al bebé y espera a ver cómo responde (por ejemplo, moviéndose), pero no lo sacudas.

Si el bebé no responde, sigue los procedimientos de C-A-B (siglas en inglés de «compressions, airway, breathing», compresiones torácicas, vías respiratorias, respiración), que se detallan abajo, para un bebé de menos de 1 año (salvo en recién nacidos, que comprenden a los bebés de hasta 4 semanas) y cronometra el llamado de ayuda de la siguiente manera:

  • Si eres el único reanimador y no viste cómo el bebé perdía el conocimiento, administra la reanimación cardiopulmonar durante dos minutos (alrededor de cinco ciclos) antes de llamar al 911 o al número local de emergencias y buscar el desfibrilador externo automático. Si viste cómo el bebé perdía el conocimiento, llama al 911 o al número local de emergencias y busca el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible, y comienza la reanimación cardiopulmonar.
  • Si hay otra persona disponible, pídele que llame para solicitar ayuda inmediatamente y que traiga el desfibrilador externo automático mientras tú atiendes al bebé.

Compresiones: Restablecer la circulación sanguínea

  1. Coloca al bebé boca arriba sobre una superficie plana y firme, como una mesa. También puede ser en el suelo.
  2. Imagina que hay una línea horizontal trazada entre las tetillas del bebé. Coloca dos dedos de una mano justo debajo de esta línea, en el centro del pecho.
  3. Presiona con suavidad el pecho unas 1,5 pulgadas (unos 4 cm).
  4. Cuenta en voz alta mientras presionas a ritmo bastante rápido. Debes presionar a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.

Vía respiratoria: Abrir la vía respiratoria

  • Después de 30 compresiones, con cuidado, inclina hacia atrás la cabeza del bebé, levantándole el mentón con una mano y presionando hacia abajo la frente con la otra mano.

Respiración: Respira por el bebé

  1. Cubre la boca y la nariz del bebé con tu boca.
  2. Prepárate para darle dos respiraciones de rescate. Usa la fuerza de tus mejillas para soplar aire en forma suave (en lugar de profundamente desde los pulmones) para exhalar lentamente en la boca del bebé una vez, en una respiración de un segundo. Observa si se eleva el pecho del bebé. De ser así, haz una segunda respiración de rescate. Si el pecho no se eleva, repite la maniobra de inclinar la cabeza y levantar el mentón y luego proporciona la segunda respiración.
  3. Si de todos modos el pecho del bebé no se eleva, continúa las compresiones en el pecho.
  4. Haz dos respiraciones después de cada serie de 30 compresiones en el pecho. Si la reanimación cardiopulmonar está a cargo de dos personas, haz dos respiraciones después de cada serie de 15 compresiones en el pecho.
  5. Administra reanimación cardiopulmonar durante unos dos minutos antes de llamar a emergencias, salvo que alguien pueda llamar mientras tú atiendes al bebé.
  6. Continúa la reanimación cardiopulmonar hasta que el bebé dé señales de vida o llegue el personal médico.

5. El método ABC, en los siguientes casos:

5.1. Obstrucción de la vía aérea en paciente consciente (OVACE)

Procedimiento OVACE en adulto

Valore la severidad de la obstrucción:

  1. Obstrucción parcial de la vía aérea

Signos: el paciente está consciente, respiración efectiva, tos y/o estridor entre accesos de tos.

Actuación:

  • Animar al paciente a toser y no interfiera en la tos y respiración espontanea del paciente.
  • Intentar identificar el cuerpo extraño (preguntar a testigos).
  • Reevaluar continuamente al paciente por si muestra signos de empeoramiento o desobstrucción.
  1. Obstrucción severa/total de la vía aérea

Signos: el paciente puede estar consciente o inconsciente, dificultad respiratoria acompañada de estridor o ausencia de respiración, tos silenciosa o inefectiva, posible cianosis, imposibilidad para hablar mostrando el signo universal de atragantamiento (manos agarrándose el cuello).

Actuación:

  • Active una unidad de emergencia.
  • Intentar identificar el cuerpo extraño (preguntar a testigos).
  • Valore el estado de consciencia del paciente.

Paciente CONSCIENTE:

  • De 5 golpes en la espalda: Colóquese al lado y detrás del paciente, aguante su pecho con la mano e incline al paciente bien hacia delante de modo que el objeto causante de la obstrucción progrese hacia la boca y no hacia más abajo en la vía aérea y proceda a realizar 5 golpes entre las escapulas con el talón de la otra mano.
  • Si no se consigue desobstruir la vía aérea: Realice compresiones abdominales (maniobra de Heimlich).  Póngase detrás de la víctima y rodee con ambos brazos la parte superior de su abdomen. Incline a la víctima hacia delante. Cierre el puño y ponga el pulgar contra el abdomen del paciente, en la línea media, entre el ombligo y el final del esternón. Agarre el puño con la otra mano y comprima rápida y firmemente hacia el abdomen y hacia arriba. Repita las compresiones hasta 5 veces.
  • Si la obstrucción persiste, continúe alternando 5 golpes en la espalda con 5 compresiones abdominales.

Procedimiento OVACE en el niño y lactante

Valore la severidad de la obstrucción:

  1. Tos efectiva

Signos: el paciente está consciente, respiración efectiva, tos y/o estridor entre accesos de tos, llorando o con respuesta verbal.

Actuación:

  • No interferir en la tos del paciente.
  • Intentar identificar el cuerpo extraño (preguntar a testigos).
  • Reevaluar continuamente al paciente por si muestra signos de empeoramiento o desobstrucción.
  • Valore la necesidad de llamar a unidades de emergencia.
  1. Tos inefectiva

Signos: el paciente puede estar consciente o inconsciente, dificultad respiratoria acompañada de estridor o ausencia de respiración, tos silenciosa o inefectiva, posible cianosis.

Actuación:

  • Active una unidad de emergencia.
  • Valore el estado de consciencia del paciente.

CONSCIENTE: Inicie los golpes en la espalda:

Lactante:

  • Sujete al lactante en posición prona (boca abajo), con la cabeza hacia abajo para permitir que la gravedad ayude a sacar el cuerpo extraño.
  • Siéntese o arrodíllese para poder sujetar al lactante de manera segura.
  • Sujete la cabeza del lactante poniendo el pulgar de una mano en el ángulo de la mandíbula y uno o dos dedos de la misma mano en el ángulo contrario de la mandíbula.
  • Tenga la precaución de no comprimir los tejidos blandos bajo la mandíbula del lactante, porque esto podría aumentar el grado de obstrucción.
  • Realice hasta 5 golpes secos con el talón de la otra mano en el centro de la espalda, entre las escápulas.
  • Dé cada palmada con la fuerza suficiente para tratar de extraer el cuerpo extraño.

Si los golpes en la espalda no solucionan la OVACE, continúe con compresiones torácicas:

  • Ponga al lactante en una posición con la cabeza más baja y supina (boca arriba).
  • Para conseguirlo de manera segura, sitúe el antebrazo libre a lo largo de la espalda del lactante y sujete su occipucio con la mano.
  • Apoye al lactante sobre tu antebrazo, apoyado sobre su muslo.
  • Identifique el punto de compresiones torácicas, es decir, un dedo por debajo de la línea imaginaria intermamilar.
  • Realice 5 compresiones torácicas, similares a las compresiones torácicas de la RCP, en dirección hacia la cabeza.
  • Repita la secuencia de hasta 5 golpes interescapulares y hasta 5 compresiones torácicas hasta que el objeto salga o el lactante quede inconsciente.

En el niño mayor de 1 año

  • De 5 golpes en la espalda: Colóquese al lado y detrás del paciente, aguante su pecho con la mano e incline al paciente bien hacia delante de modo que el objeto causante de la obstrucción progrese hacia la boca y no hacia más abajo en la vía aérea y proceda a realizar los 5 golpes entre las escapulas con el talón de la otra mano.
  • Si no se consigue desobstruir la vía aérea: Realice compresiones abdominales (maniobra de Heimlich). Póngase detrás de la víctima y rodee con ambos brazos la parte superior de su abdomen. Incline a la víctima hacia delante. Cierre el puño y ponga el pulgar contra el abdomen del paciente, en la línea media entre el ombligo y el final del esternón. Agarre el puño con la otra mano y comprima rápida y firmemente hacia el abdomen y hacia arriba. Repita las compresiones hasta 5 veces.
  • Si la obstrucción persiste, continúe alternando 5 golpes en la espalda con 5 compresiones abdominales.

Si el niño o lactante en cualquier momento queda INCONSCIENTE:

  • Sitúelo cuidadosamente en el suelo.
  • Active una unidad de emergencia, si no lo hizo con anterioridad
  • Busque el objeto en el interior de la boca y retírelo si lo encuentra con barrido digital pero nunca a ciegas.
  • Apertura de la vía aérea, realizando frente-menton.
  • 5 ventilaciones de rescate (comprobar la eficacia de cada ventilación, si no ha sido efectiva se recolocará la cabeza antes de la siguiente ventilación).
  • Realice compresiones torácicas sin comprobar previamente pulso.
  • Antes de realizar cada ciclo de las dos ventilaciones, mirar si el objeto se localiza en la boca, retirándolo si lo encuentra. Esta acción no debería aumentar considerablemente el tiempo del ciclo ventilatorio.
  • Si el objeto ha sido expulsado con éxito compruebe el pulso, la respiración y la capacidad de respuesta del paciente.
  • Mantenga la activación del SVA.

5.2. Obstrucción de la vía aérea en paciente inconscientes (OVACE)

  • Iniciar RCP.
  • Cada vez que se abre la vía aérea revisar la boca en busca de algún cuerpo extraño.

8. Qué atención debe darse ante:

8.1. Convulsiones

Cerca de 1 de cada 10 personas tendrá una convulsión. Esto significa que las convulsiones son comunes y que es posible que algún día usted necesite ayudar a alguien durante o después de una. Sepa lo que puede hacer para mantener a la persona segura hasta que la convulsión termine por sí misma.

¿Llamo al 911? Llame al 911 si ocurre algo de lo siguiente:

  • La convulsión dura más de 5 minutos.
  • La persona tiene otra convulsión poco después de la primera.
  • La persona se lesiona durante la convulsión.
  • La convulsión se presenta cuando la persona está en el agua.
  • La persona tiene otra afección como diabetes, enfermedad cardiaca o está embarazada.

Primeros auxilios para todos los tipos de convulsiones

Existen muchos tipos de convulsiones. La mayoría de las convulsiones terminan en unos pocos minutos. Las siguientes son medidas generales para ayudar a alguien que esté teniendo algún tipo de convulsión:

  • Permanezca con la persona hasta que la convulsión haya pasado y esté completamente consciente. Después de que pase, ayude a la persona a sentarse en un lugar seguro. Una vez que esté consciente y se pueda comunicar, cuéntele lo ocurrido en términos sencillos.
  • Conforte a la persona y hable de manera calmada.
  • Fíjese si la persona lleva un brazalete médico u otra información de emergencia.
  • Manténgase calmado y mantenga a los demás calmados.
  • Ofrezca llamar un taxi o a alguien más para asegurarse de que la persona llegue a casa segura.

Primeros auxilios para las convulsiones tonicoclónicas generalizadas (gran mal)

Al pensar en una convulsión, la mayoría de las personas se imagina una convulsión tonicoclónica generalizada, también llamada epilepsia mayor o gran mal. En este tipo de convulsión, es posible que la persona grite, se caiga, tiemble o tenga espasmos y no se dé cuenta de lo que sucede a su alrededor.

A continuación, indicamos algunas cosas que usted puede hacer para ayudar a una persona que presente ese tipo de convulsión:

  • Con cuidado recueste a la persona en el piso.
  • Voltee a la persona suavemente hacia un lado. Esto la ayudará a respirar.
  • Retire del área alrededor de la persona los objetos duros o filosos para prevenir lesiones.
  • Ponga la cabeza de la persona sobre algo suave y plano, como una chaqueta doblada.
  • Si tiene anteojos, quíteselos.
  • Suéltele la corbata o cualquier cosa que tenga alrededor del cuello que pueda dificultar su respiración.
  • Tome el tiempo que dure la convulsión. Llame al 911 si la convulsión dura más de 5 minutos.

Lo que NO se debe hacer

Es importante saber lo que NO se debe hacer para mantener a la persona segura durante o después de una convulsión. Nunca haga nada de lo siguiente:

  • No trate de sujetar a la persona o evitar que se mueva.
  • No ponga nada en la boca de la persona porque podría lesionarle los dientes o la mandíbula. Una persona con una convulsión no se puede tragar la lengua.
  • No intente darle respiración boca a boca (como RCP). Por lo general, las personas comienzan a respirar de nuevo por su cuenta después de una convulsión.
  • No le ofrezca agua ni alimentos a la persona hasta que no esté completamente alerta.

8.2. Parto de emergencia

Normalmente cuando la mujer rompe aguas o tiene contracciones frecuentes hay tiempo suficiente para acudir a un centro médico y que se le asista en el parto, pero puede darse el caso de que el parto se efectúe en otro entorno. En ese caso, la embarazada requerirá ayuda hasta que lleguen las asistencias médicas. El orden de actuación será el siguiente:

  • Tranquilizar a la embarazada: La mujer debe respirar tranquilamente y con la boca abierta.
  • Llevarla a un lugar lo más cómodo y limpio posible, en una cama o en el suelo cubierto por sábanas, mantas o ropa. La zona genital deberá tener una sábana lo más limpia posible. En caso de que no se disponga de una, se utilizarán toallas, papel limpio o ropa limpia. Si es posible, lavar los genitales de la madre con agua y jabón.
  • Acostar a la embarazada de espaldas con las rodillas flexionadas y las piernas separadas. Así se podrá ver la dilatación de los genitales y se sabrá cuándo ha comenzado el período de expulsión.

Primeros auxilios en el parto de urgencia

La mujer puede estar en esta fase unas horas. Cuando el útero se dilata unos 10 cm, o si se le puede ver la cabeza al bebé, es el momento de aplicar los primeros auxilios e intervenir en el parto. La actuación será la siguiente.

  • Es muy importante durante esta fase brindar seguridad a la madre.
  • Durante las contracciones animar a la parturienta a empujar. Instarle a que no grite ni hable para que el empuje sea más fuerte y efectivo. Entre contracciones debe descansar y recuperarse.
  • Lo primero que debe salir es la cabeza del bebé. Cuando empiece a salir, se coloca una mano en la cabeza del bebé y se ejerce una presión muy suave. El objetivo de esto es que el parto no se produzca muy rápido, sino que la cabeza debe salir durante una contracción y gracias al empuje de la madre.
  • Una vez que está la cabeza fuera se comprueba que no tiene el cordón umbilical enrollado al cuello. En el caso de que estuviera alrededor no alarmarse, con un dedo tirar suavemente y desenrollarlo, pasándolo por la cabeza del bebé, así se evita que se estrangule.
  • Llegado este punto el resto se produce muy rápidamente y casi sin intervención. La cabeza del bebé se sostiene mientras la madre sigue empujando hasta lograr sacar los hombros. Se debe tener en cuenta que están cubiertos de fluidos, por lo que se debe sujetar, suave pero firmemente.
  • Puede darse el caso de que el niño venga de nalgas. En este caso no alarmarse, simplemente sujetarlo y dejar que salga el resto del cuerpo sin tirar de él.
  • Una vez fuera se pondrá el bebé en el regazo de la madre. Esto es importante porque los recién nacidos pierden mucho calor, y la madre es capaz de regular su temperatura corporal con el fin de proteger al niño.
  • Limpiar la boca y la nariz del bebé, pues tiene que expulsar todo el líquido de los pulmones. No dar palmadas en la espalda, basta con sostenerlo boca abajo y masajear suavemente la espalda. Si el bebé comienza a toser, estornudar o llorar es buena señal.
  • Para cortar el cordón umbilical se utilizarán hilos anchos para ligar los extremos. El primer nudo se hará a unos 10 cm del bebé, y el segundo a 5 cm del primero. El tramo de cordón entre los dos nudos no debe tener pulso, y una vez comprobado se cortará con unas tijeras lo más limpias posible. Una vez cortado comprobar que no hay pérdida de sangre por los extremos.
  • Al cabo de 30 min aproximadamente la madre sentirá unas contracciones para expulsar la placenta. No se debe tirar del cordón, la mujer sola es capaz de expulsarla.

10. Botiquín de primeros auxilios

El botiquín de primeros auxilios es un recurso básico para las personas que prestan un primer auxilio, ya que en él se encuentran los elementos indispensables para dar atención satisfactoria víctimas de un accidente o enfermedad repentina y en muchos casos pueden ser decisivos para salvar vidas. “Su contenido cambia de acuerdo a las necesidades”.

El botiquín de primeros auxilios debe estar en todo sitio donde haya concentración de personas.

Elementos esenciales de un botiquín

Los elementos esenciales de un botiquín de primeros auxilios se pueden clasificar así:

  • Antisépticos
  • Material de curación
  • Instrumental y elementos adicionales
  • Medicamentos
  • Antisépticos

Los antisépticos son substancias cuyo objetivo es la prevención de la infección evitando el crecimiento de los gérmenes que comúnmente están presentes en toda lesión. Cuando se presentan individualmente en sobres que contienen pañitos húmedos con pequeñas cantidades de solución, se facilita su transporte y manipulación.

Yodopovidona. Povidona yodada germicida de acción rápida, se utiliza como jabón y solución para realizar la limpieza y desinfección de lesiones. Los nombres comerciales son:

  • Bactroderm
  • Isodine
  • Yovidona
  • Wescodyne
  • Prepodyne

La Yodopovidona puede producir reacción alérgica, por lo que no se debe usar en pacientes con antecedentes alérgicos al yodo.

Clorhexidinar. Bactericida contra bacterias grampositivas y gramnegativas, útil en desinfección de quemaduras y heridas. Igualmente, en la desinfección de material limpio. No debe aplicarse en personas que presentan hipersensibilidad a esta solución y en áreas extensas. Se presenta en sobres con toallitas impregnadas con solución de clorhexidina.

Alcohol al 70%. Se usa para desinfectar termómetros clínicos, pinzas, tijeras u otro instrumental. También se usa para la limpieza de la piel, antes de la inyección. No es aconsejable utilizarlo en una herida por que irrita los tejidos.

Suero fisiológico o solución salina normal. Se utiliza para limpiar o lavar heridas y quemaduras, también como descongestionante nasal se presenta en bolsa por 50cc, 100cc, 250cc, 500cc o frasco gotero plástico por 30cc, en su reemplazo se puede utilizar Agua estéril.

Jabón. De tocador, barra o líquido para el lavado de las manos, heridas y material.

  • Material de curación

El material de curación es indispensable en botiquín de primeros auxilios y se utiliza para:

  • Controlar hemorragias, limpiar, cubrir heridas o quemaduras.
  • Prevenir la contaminación e infección.

Productos de gasas o rayon/polyester:

Gasitas – gasas. Se sugieren aquellas que vienen en paquetes que contienen una o más gasitas estériles individuales (7.5 cm por 7.5 cm). Material suficiente para tratar una lesión solamente. Cada paquete se halla cerrado en cobertura estéril. Se utiliza para limpiar y cubrir heridas o detener hemorragias.

Compresas. Porción de gasa orillada cuadrada, estéril lo suficiente grande (38 a 40cm) para que se pueda extender más allá del borde de la herida o quemadura. También es útil para atender una hemorragia.

Apósitos. Almohadillas de gasas y algodón estéril, absorbente, viene en varios tamaños (13 x 8cms, 13 x 23 cms, 23 x 23cms) según la lesión a cubrir, para ojos se utilizan de 4cm x 6.5 cms. Si no dispone de gasas individuales ni apósitos, elabórelos con la gasa que normalmente se consigue en paquetes. Teniendo la precaución de que todos los bordes queden al interior de tal manera que ninguna hebra quede en contacto con la herida.

Vendas. Es indispensable que haya vendas en rollo y triangulares. Se recomienda incluir vendas elásticas y de gasas de diferentes tamaños (1,2,3 pulgadas).

Vendas adhesivas. Tales como banditas – curitas, son útiles para cubrir heridas pequeñas.

Aplicadores. Se llaman también copitos, se utilizan para extraer cuerpos extraños en ojos, limpiar heridas donde no se puede hacer con gasa y aplicar 3 antisépticos en cavidades.

Bajalenguas. En primeros auxilios se utilizan para inmovilizar fracturas o luxaciones de los dedos de las manos.

Esparadrapo. Se utiliza para fijar gasas, apósitos, vendas y para afrontar los bordes de las heridas. Se dispone de esparadrapo de 1/2, 1, 2 yardas, preferiblemente hipoalérgico (micropore, transpore, leukofix)

Algodón. Se utiliza para forrar tablilla o inmovilizadores, improvisar apósitos y desinfectar el instrumental, nunca se debe poner directamente sobre una herida abierta.

  • Instrumental y otros elementos adicionales
  • Tapabocas y Guantes Desechables
  • Pinzas
  • Tijeras
  • Cuchillas
  • Navajas
  • Termómetro oral
  • Ganchos de nodriza
  • Lupa
  • Linterna
  • Libreta y lápiz
  • Caja de fósforos o encendedor
  • Lista de teléfonos de emergencia
  • Gotero
  • Manual o folleto de Primeros Auxilios

Otras cosas que le pueden ser útiles son:

  • Pañuelos desechables
  • Toallitas húmedas
  • Manta térmica
  • Bolsas de Plástico
  • Vasos desechables
  • Cucharas
  • Aguja e Hilo
  • Medicamentos

Analgésicos. El botiquín de primeros auxilios debe contener principalmente analgésicos, calmantes para aliviar el dolor causados por traumatismo y para evitar entre en estado de shock, sin embargo, no debe usarse indiscriminadamente porque por su acción puede ocultar la gravedad de su lesión. Los principales analgésicos que se utiliza son de ácido acetilsalicílico y acetaminofen que en el mercado puede encontrarse con diferentes nombres comerciales, estos también son antipiréticos (bajan la fiebre).

Acetaminofena. Analgésicos comercialmente llamados: focus, dolex, apamide, trilum, winadol, compofen, tylenol. Las precauciones que se deben tener para su administración son las siguientes:

  • Administrar siempre con agua nunca con café gaseosa o bebidas alcohólicas.
  • No se debe administrar a personas con anemia, lesiones renales y hepáticas.

Acido acetil salicílico. Analgésico conocido comercialmente como: aspirina (adultos-niños), mejoral (adultos-niños), asawin (adultos-niños), bufferin, rhonal, ascriptin, son sustancias con capa enterica que evitan molestias a nivel gástrico. Para administrar estos analgésicos o calmantes se debe tener las siguientes precauciones:

  • Administrar siempre con agua; nunca con café, gaseosa o bebidas alcohólicas.
  • No administrar a personas con problemas gástrico (ulceras).
  • No administrar a personas que sangran con facilidad (hemofílicos).
  • No administrar durante el embarazo, por cuanto la madre como hijo corren riesgo porque se afecta el mecanismo de coagulación.
  • No administrar a personas con problemas renales.
  • No administrar a personas con historia de alergia a este medicamento.

Sobres de suero oral. Es indispensables tenerlos ya que, además de administrarse en casos de diarrea para evitar complicaciones de ésta, también resulta útil para administrar en casos de quemaduras hemorragias o en cualquier situación que la víctima presenta deshidratación, evitando así que entre en shock.

Antihistamínico. No debe ser un medicamento esencial en la en la dotación del botiquín. Los antihistamínicos están indicados para personas que presentan reacción alérgica grave a la picadura de insectos y que se encuentran distantes de un centro asistencial mientras se traslada para la atención médica. Estos medicamentos tienen como efectos adversos, sedación, somnolencia, disminución de los reflejos. No debe mezclarse con licor porque produce mareo, incoordinación, visión borrosa, visión doble, náuseas, vomito, dolor de cabeza. Están contraindicados cuando haya hipersensibilidad a los antihistamínicos, durante el embarazo y lactancia. Se consigue en tabletas (antigripales, clorotrimetron, fenergan, benadryl) y en crema para la picadura de insectos (caladryl).

Botiquín para el vehículo

En este agregue pastillas contra el mareo, además es recomendable disponer de un extintor de polvo polivalente o halon, así como triángulos de señalización de peligro.

Botiquín para empresas – Centros deportivos

En estos botiquines la cantidad elementos estarán en relación con el número de personas que realizan actividades en estos lugares y con los riesgos ocupacionales. Tanto las empresas como en los centros deportivos, la frecuencia de accidentes es alta; por ello, en estos sitios existe un lugar especial para prestar primeros auxilios; generalmente son profesionales los encargados de este tipo de trabajo. Por consiguiente, en el botiquín hay otros medicamentos para atender enfermedades repentinas, que debe ser manejados exclusivamente por este personal. Además de estos elementos indispensables, se recomienda que existan los siguientes:

  • Camillas
  • Oxígeno
  • Equipo para sutura
  • Cánulas orofaringueas
  • Ambulancia
  • Jeringas y agujas hipodérmicas
  • Férulas para la inmovilización de fracturas
  • Pinzas hemostáticas
  • Cuellos ortopédicos
  • Compresas frías y calientes o bolsa de agua caliente o bolsas con hielo
  • Succionador o perilla para extracción de secreciones
  • Cubeta para esterilizar instrumentos Tensiómetro y fonendoscopio
  • Sonda nasogástrica
  • Medicamentos para la atención de emergencia de estricto manejo medico
  • Estuche para la atención de accidente ofídico o animal ponzoñoso, según riego

Prevención

  • En el hogar el colegio el trabajo el botiquín deberá estar en sitio seguro, lejos del alcance de los niños y donde no ofrezca riesgo alguno.
  • No los ubique en el baño o la cocina, los medicamentos se pueden alterar por la humedad o por el calor.
  • Haga una lista del contenido y péguelo a la tapa del botiquín.
  • Todos los elementos deben estar debidamente empacados y marcados en caso de líquidos se recomienda utilizar envases plásticos, pues el vidrio puede romperse fácilmente.
  • Periódicamente deberá revisar el botiquín y sustituir aquellos elementos que se encuentren sucios, contaminados, dañados, vencidos (medicamentos) o que no pueda verse claramente el nombre del medicamento.
  • Luego de utilizar el instrumental de un botiquín deberá lavarse debidamente desinfectarse, secarse y guardarse nuevamente.
  • Para administrar medicamentos deberá tenerse en cuenta las contraindicaciones para cada caso.

FUENTES DE CONSULTA

  • Costa, J. (2007). Primeros auxilios, nociones básicas de auxilio en situaciones de emergencia. España: Ideas propias Publicidad, S.L.
  • García, J. (2007). Actuaciones Básicas en Primeros Auxilios. Madrid, España: Tébar, S.L.
  • Vértice, E. (2008). RCP básica y Primeros Auxilios. España: Vértice S.L.

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